Según las redes sociales, Marco Alonso Verde ha decidido incorporarse al equipo del “Canelo” Álvarez para dar el gran salto al profesionalismo. El medallista olímpico en París había revelado semanas anteriores que buscaría la mejor opción entre las grandes empresas del pugilismo, en caso de decidirse a abandonar el amateurismo.
Pero después de que el Comité Olímpico Internacional (COI) anunciara que no habrá boxeo en Los Ángeles 2028, no tuvo otra opción que inclinarse por pegar y cobrar, consciente de que no le alcanzaba hacer un parón de ocho años antes de la próxima cita olímpica.
Me gusta su decisión de sumarse a la escuadra del “Canelo”, porque tendrá la oportunidad de aprovechar el peso y relaciones del tapatío para catapultarlo, más no que sea dirigido por Eddy Reynoso, el sempiterno entrenador de Saúl. El “Green”, siempre fiel, pintó una raya en ese sentido y dejó muy claro que su manager de toda la vida, Radamés Hernández, será su guía y confidente en todos sus combates al pisar ese terreno.
Eso habla muy bien de Marco. Su fidelidad hacia alguien que lo comenzó a pulir desde que tenía 12 años es de aplaudirse.
Cuando leí en las redes que sería compañero de cuadra de Álvarez, sentí que había traicionado al hombre que lo llevó al podio en las Olimpiadas. Pero no fue así, y me alegro.
Reynoso no ha tenido mucho éxito con otros boxeadores que no sea el “Canelo”. Como que su mente y corazón se encasillaron en Saúl que le roba toda su atención. De hecho, así se refirió Ryan García cuando abandonó el equipo. Argumentó que Eddy no tenía ojos más que para el jalisciense.
Otros elementos que llegaron al entrenador tapatío deslumbrados por la fama de Saúl, también dieron un paso a un costado. Algunos tuvieron éxito, otros no, como el peso completo Andy Ruiz, cuya estancia fue muy breve y sin éxito, mientras que Oscar Valdez ya no fue el mismo.
Verde se reunió con algunos promotores para escuchar ofertas. Se trató de las empresas más importantes del mundo como Matchroom, Oscar de la Hoya, DAZN y Top Rank, pero le llenó más el ojo con Álvarez ya que podría ser su joya al momento de colgar los guantes y se dedique a promover más en serio a los talentos mexicanos y de otros países que le pidan una oportunidad.
Su debut en el 2025 será muy esperado. Así sucede con todos los peleadores que hayan acudido o ganado una medalla en Juegos Olímpicos. Recuerdo el caso de Genaro León. El culichi estuvo en Los Ángeles 84, regresó sin presea, pero provocó tumultos en su debut ese mismo año, al grado de que los boletos se vendieron desde muchos días antes.
