Julio César Urías ha caído en una mala racha al sufrir su tercera derrota consecutiva. Son resultados nada halagadores para un lanzador que aspira a obtener un jugoso contrato como agente libre al final de esta temporada.
Este jueves, el sinaloense fue víctima de la ofensiva de unos sorprendentes Piratas de Pittsburgh que no habían tenido un buen arranque de campaña desde 1997. Lo castigaron con ocho imparables y seis carreras, todas limpias, generando que su porcentaje de efectividad se elevara de un 3.33 a 4.41, un departamento que dominó el certamen anterior y que le daba muchas posibilidades de ganar el premio “Cy Young” que finalmente se le negó.
El estrepitoso descenso de productividad y efectividad del zurdo en esas últimas tres salidas son preocupantes. Ha recibido 22 hits, entre ellos siete cuadrangulares, le han fabricado 14 carreras y 13 de ellas limpias, con seis vuelacercas llevándose un par por encuentro. Todo eso se resume a 14.2 episodios.
De la noche a la mañana se ha convertido en uno de los serpentineros con más derrotas en la Liga Nacional, y ha llegado a casi un 50 por ciento de todos los reveses (7) que tuvo en el 2022.
¿Qué estará pasando con el mexicano? ¿Acaso la presión de estar obligado a escribir otra temporada similar a la del año pasado para alcanzar ese gran contrato lo estará desconcentrando? No lo sabemos.
Lo cierto es que Urías no tiene que demostrar nada a nadie para obtener un lucrativo contrato que pudiera convertirlo en el pelotero mexicano mejor pagado de la historia. Cuarenta triunfos en los últimos tres años parecen decirse fácil pero no lo son. Ganó 20 en el 2021 para cincelar su mejor actuación en las Mayores y agregó 17 triunfos en el 2022 con aquella efectividad de 2.16 que muchos considerábamos la llave que le abriera las puertas al codiciado trofeo “Cy Young”.
Pero uno de sus principales problemas viene siendo el número de jonrones que ha tolerado del 2021 a la fecha. Le conectaron 19 en el año de los 20 triunfos y 17 una campaña más tarde. En ese punto tendrá que aplicarse más.
Gigantes-Padres
Este fin de semana la capital del país albergará dos juegos de Grandes Ligas en calendario regular. San Francisco y San Diego se enfrentarán en el “Harp Helú”, duelos que han revolucionado a los aficionados a la mejor pelota del mundo.
Me pregunto si algún día la afición de Culiacán tendrá ese mismo privilegio. Aquí hay estadio y más afición. Cuestión de que alguien mueva los hilos con mucha anticipación.
