Salió humo blanco de las oficinas del Club Tomateros. La directiva reveló este jueves el nombre de quien será el nuevo comandante del equipo Guinda en la temporada 2023-2024. Y si usted todavía tenía la esperanza de que los dueños dieran marcha atrás y terminaran manteniendo al frente a Benjamín Gil, discúlpenme desilusionarlos.
La cabeza principal del conjunto se llama ahora Alfredo Amézaga, un exligamayorista que entregó sus mejores años como pelotero profesional a los Yaquis de Ciudad Obregón, y con poca identidad en esta plaza. El “Fello” estuvo en el banquillo del acérrimo rival Naranjeros de Hermosillo el invierno pasado en calidad de coach y ahora tiene la oportunidad de poder mostrarse en otra faceta.
Las razones más a fondo por las que Benjamín no regresó quedaron sepultadas. Simple y sencillamente no hubo más explicaciones, solo que su ciclo había terminado ¡y ya!, como tampoco queda muy claro si la puerta quedó abierta para en un futuro. En ese rubro es difícil que una directiva pueda poner ese tipo de sellos. Recordemos que otros timoneles regresaron al club tras haber sido despedidos. El último caso fue “Paquín” Estrada.
Gil fue una creación del extinto Juan Manuel Ley, quien le brindó la oportunidad sin tener la experiencia necesaria y sus premoniciones fueron exitosas. El tijuanense les redituó cuatro campeonatos, para que de la noche a la mañana se convirtiera en el manager más exitoso de los últimos años no solo en la LMP sino en toda la pelota profesional de nuestro país.
Ahora don Héctor y compañía quieren crear a su propio “monstruo” y la apuesta es con el sonorense quien llega con algunos exámenes realizados en sucursales de Estados Unidos. Alfredo no será un improvisado, como tampoco lo fue Benjamín. Ambos aprendieron mucho en su paso por las Grandes Ligas y simplemente vinieron a aterrizar todo eso en México.
Alfredo conoce el beisbol mexicano y eso representa mucha ventaja sobre algún extranjero que se haya pretendido traer para tapar el hueco de Gil. Su bautizo estará en ojo del huracán, pues no llega a una franquicia cualquiera. Su principal detractor estará en las gradas, donde muchos de ellos habían hecho muy buena comunión con quien ahora está relevando.
Los resultados que Benjamín entregó serán muy demandantes para Amézaga o quienes puedan seguirle si es que no logra concluir la temporada. Gran parte de la afición, si no es que toda, estará encima de él y no dudarán en presionar y pedir su salida si el barco no navega por aguas tranquilas. Eso denlo por un hecho.
Ahora lo que me llama la atención es ver si aquellos aficionados que estaban a muerte con Gil y que juraron no comprar butacas si el tijuanense no continuaba, cumplen su palabra.
Y saben qué, ¡estoy seguro que allá los veremos en octubre!, porque no es muy fácil quitarse ese tatuaje de la piel.