Durante la campaña presidencial de Claudia Sheimbaum Pardo circuló un libro titulado IDEAS PARA CONTINUAR LA LA 4T, coordinado por el historiador Enrique Semo. Dicho libro se conoció poco, y en Sinaloa solo se presentó en Mazatlán, gracias a los buenos oficios de Arturo Santamaría.
Este libro contiene los trabajos de José Blanco Mejía, Economía y geopolítica del capitalismo; Enrique Semo Calev, La Cuarta Transformación, una causa abierta; Noemí O. Levy Orlik, La consolidación de la Cuarta Transformación: de “primero los pobres” a “crecimiento con bienestar”; Lissette Silva Lazcano, Agenda para una vida digna y de bienestar para las mujeres; Axel Dirikisson Takatanagui, La transformación del sistema educativo nacional: sustentar y defender lo logrado; avanzar e innovar para profundizar un estado de bienestar e igualdad; Pedro Álvarez -Icaza Longoria, Nuestra propia agenda para un futuro certero. Una propuesta programática; Arturo Chávez López, La importancia de la acción pública en la Cuarta Transformación de México y Julio A. Berdegué Sacristán y Marco Lenin Ramírez Valerio, El campo mexicano: romper la condena.
En este artículo solo me referiré al trabajo de Julio A. Berdegué Sacristán y de Marco Lenin Ramírez Valerio, El campo mexicano: romper la condena. Como es del conocimiento de muchos sinaloenses, Julio Berdegué será el próximo Secretario de Agricultura y Desarrollo Rural. Un sinaloense nacido en Escuinapa.
En forma por demás contundente sostienen que: “Las condiciones estructurales del campo con que se encontró el presidente AMLO al iniciar su gobierno siguen estando presentes. Cinco años son insuficientes para dar vuelta a los efectos acumulados de cuatro décadas de estrategia neoliberal”.
Consideran que es necesario mantener y consolidar algunas de las estrategias iniciales en este sexenio, corregir otras y también agregar nuevos componenetes para avanzar a un campo con más bienestar para las mayorías que ahí viven y trabajan, más productivo, eficiente y competitivo y, también, más sostenible y climáticamente resiliente.
Un nuevo gobierno comprometido con la transformación del campo debe de proponerse los objetivos de reducir la pobreza rural, reducir la dependencia alimentaria en productos de consumo básico a través del fomento de la producción campesina y de pequeños y medianos productores y apoyar las exportaciones agroalimentarias de México con más inclusión social y más sostenibilidad ambiental y respondiendo al desafío del cambio climático.
El 50.8% del territorio nacional (100 millones de hectáreas) se localizan en ejidos y comunidades, por lo que los campesinos, ejidatarios y comuneros están en condiciones de hacer un enorme aporte al país si se movilizan en la restauración y conservación de los ecosistemas y agroecosistemas en que viven y trabajan y, a través de ello, en la lucha contra el cambio climático. Se deben restaurar los agrosistemas y la conservación de cuencas que son las fuentes de agua, los bosques, la biodiversidad y la agrobiodiversidad, incluyendo las variedades criollas del maíz, y de otros alimentos de nuestra dieta. Sembrando Vida ha iniciado una estrategia de este tipo con más de 1 millón de hectáreas incorporadas a esquemas agroforestales.
El segundo gran objetivo debe ser fomentar la producción nacional eficiente, competitiva y sostenible de alimentos para el consumo nacional reduciendo las importaciones y aportando a la seguridad alimentaria. Esto debe de hacerse gradualmente.
El esfuerzo que se hace para apoyar la distribución de fertilizantes es muy importante, y es mejor si se hace con asistencia técnica de calidad y especialmente de acuerdos y de contratos para la comercialización del producto.
Finalmente, la política para el campo en el futuro próximo tiene que abarcar a la agricultura y las cadenas de valor que están integradas en los mercados globales y que producen para la exportación.
Leer el libro IDEAS PARA CONTINUAR LA 4T que al principio se menciona es una necesidad para quienes buscamos que la transformación continúe.