Al momento

Un año más

Una de las valiosas costumbres que se está perdiendo es la de escribir en la víspera del año nuevo una lista de las cosas buenas a...

Jorge Guillermo Cano
Jorge Guillermo Cano | Jorge Guillermo Cano

Una de las valiosas costumbres que se está perdiendo es la de escribir en la víspera del año nuevo una lista de las cosas buenas a realizar. Horas pasábamos los hermanos diciéndonos las grandes y encomiables empresas que llevaríamos a cabo.

Al final, nos vencía el cansancio y soñábamos con una vida hermosa y feliz donde todo el mundo sería bondadoso y honesto. Éramos niños.

Después, la realidad nos alejó, no podía ser de otro modo, de las promesas desvaídas de un mundo insano y regresamos a enfrentar como se podía (¿Quién puede parar la lluvia?) a la mezquindad terrenal, al egoísmo agresivo que caracteriza a nuestra sociedad.

Sigue las columnas de Jorge Guillermo Cano en la sección especial de Línea Directa

Ahora, a muchos, lamentablemente, les parece gratuito perder el tiempo en divagaciones que, en el mundo de la post verdad, a poco o nada conducen.

Sin embargo, aunque me parece que, sin el nivel de reflexión de antes, se acostumbra a hablar de propósitos de año nuevo que, casi invariablemente, no se cumplen.

A RECUPERAR LA IDEA

La lista de las formulaciones positivas no es algo nuevo y ya en las viejas civilizaciones se acostumbraba a enjuiciar los actos realizados durante un periodo determinado, con el fin de asumir rectificaciones de orden moral principalmente.

Romanos y babilonios prometían a los dioses portarse bien, lo que desde luego no hacían y al contrario asolaban a sus vecinos sin tregua.

En el pensamiento oriental el recuento debe ser diario. Sacar las cuentas de lo hecho bien y lo contrario; de los malos momentos, los propios y los que ocasionamos. Al día siguiente, empezar a tratar de cumplir la promesa de que seremos mejores.

Y MÁS DATOS

El año pasado, un crítico lector amablemente me dijo que para qué tantos datos si el festejo se impone, es obligado, a propósito de lo que aquí, con base en los escritos de Voltaire, incluí en la columna del día 24, sobre la Nochebuena.

Adelanto disculpa porque ahora les voy a dar otros datos sobre el Año Nuevo.

Para empezar, el año nuevo chino inicia entre el 21 de diciembre y el 21 de enero; el judío, en septiembre; para los romanos, el año empezaba en marzo.

En fin, las fechas se han movido muchas veces. Con Julio César, en el año 47 a. C., se creó el calendario juliano (el primero de enero se dedicó al dios Jano) pero fue modificado por Marco Antonio en el 44 a. C.; después por el emperador Augusto César en el 8 a. C., y en 1582 por el papa Gregorio XIII y este último es el calendario que se utiliza actualmente.

En el Juliano ya el año contaba 365.25 días y en el Gregoriano se hace un ajuste correcto a 365.2425, lo que provoca un desfase que modifica la regla de los años bisiestos (pero esa es otra historia que después contaré).

Volviendo al punto, en la actualidad, para la gran mayoría de los pueblos, el año empieza el primero de enero.

EL POSITIVO RECUENTO

Como dije líneas arriba, entre los pueblos orientales el recuento es recomendado como práctica cotidiana y se piensa, con razón, que, si se hace un análisis de lo positivo y de lo negativo, el espíritu se fortalece.

Voltaire dice, en su Diccionario Filosófico: “Las antiguas costumbres orientales son tan diferentes de las nuestras que ninguna debe parecer extraordinaria al hombre que tiene instrucción” y por tal creo que se refiere al recto entendimiento, que no a las credenciales.

En la actualidad, y en nuestro medio, el tráfago de la “modernidad” remite esas prácticas a lo inocuo y casi nadie se toma tiempo para llevar a la balanza lo hecho y lo omitido, lo bueno y lo malo, aún en la relatividad de la escala de valores.

Sea como sea, en todas las utopías (que lo siguen siendo) desde Platón (un Estado basado en la razón y la justicia) hasta Moro, Campanella, Owen y más, el ideal de la convivencia compartida, solidaria y respetuosa de los demás, se ha hecho presente.

En fin, haga o no el crítico lector su lista de buenos propósitos para el año que mañana inicia, desde aquí le deseamos que las cosas vayan mejor o, al menos, bien, si en este año que llega a su fin no lo fueron.

Felicidades a todos. ([email protected]).

Fuente: Internet

Fotografía de perfil de Jorge Guillermo Cano

Jorge Guillermo Cano

Columnista

Jorge Guillermo Cano

Ver más

Al momento

Suscríbete a nuestro boletín

Para tener la información al momento, suscríbete a nuestro boletín en el tendrás las últimas noticias de Sinaloa, México y el mundo.