Óscar Robles será el nuevo mánager de los Tomateros de Culiacán. Su nombramiento ya se hizo oficial durante una rueda de prensa. Era un secreto a voces y algo más cantado que un strike en pleno centro del plato.
La directiva le dio las gracias a Alfredo Amézaga y siento que quisieron hacerlo un poco más decoroso dejándolo terminar la temporada, pues su suerte estaba echada casi sobre el final del calendario por esa segunda vuelta tan terrible que tuvo y pese a que terminó conduciendo el camión guinda hasta la etapa de semifinales donde cayó con Mazatlán.
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El “Fello” fue un timonel sin chispa y sin identidad en la organización. Llegó a tratar de calzarse los zapatos de Benjamín Gil que terminaron quedándole muy grandes. Muchos vaticinaron que no era el timonel idóneo, y no se equivocaron. Pero la directiva fue paciente después de los 8 puntos ganados en el primer giro, que bien pudieron haber sido 9 y hasta 10.
Algo sucedió en el vestidor, que de pronto la química se perdió por completo, aunque no lo demostraban. Aun así tuvo el espaldarazo de los dueños y la afición que se ilusionó tras bajar de la lucha por el campeonato a los campeones vigentes Cañeros de Los Mochis contra todos los pronósticos.
Amézaga le buscó soluciones a las malas rachas hasta más no poder, pero el equipo no carburaba como para abandonar los últimos lugares. Honestamente su trabajo no fue malo, por eso creo que hubo ruido al interior del equipo y eso terminó cortando el hilo por lo más delgado.
El obregonense tiene futuro, pero necesita madurar más. No corrió con la misma suerte que Benjamín, quien sin haber dirigido antes, llegó y condujo al equipo no solo al título en su temporada de debut, sino que en tres más. Al “Fello”, caso seguro lo veremos en poco tiempo en algún otro club, y ese pudiera ser el de su tierra natal. Anótenlo.
Robles tenía pocas horas desempleado. El tijuanense, cuyos últimos partidos como pelotero activo los vivió con Culiacán, hizo un extraordinario trabajo con los Algodoneros de Guasave, en cuya plaza existe una especie de maldición porque no logran levantar un trofeo desde hace más de 40 años.
Óscar estuvo cerca de lograr acabar con esa sequía, pero no lo consiguió, cuando perdió esa final contra Los Mochis. El hombre se hizo fuerte como timonel en esa franquicia y sus bonos aumentaron merced a los resultados que otorgó al equipo, aún sin un campeonato. Esa fue la razón que movió a la directiva Guinda a lanzarle la caña de cuyo anzuelo rápidamente se enganchó.
El nuevo mánager guinda llegará a los Tomateros con más presión que en Guasave, sin minimizar a los Algodoneros por supuesto. Así que si desea hacer huesos viejos tendrá que rendir buenas cuentas, aunque todos sabemos que, en la posición de un manager, ni un título les garantiza la continuidad. Y si no me creen, pregúntenle a Matías Carrillo.
