Saúl Alvarez le cerró las puertas a un eventual combate con David Benavidez en mayo próximo. Se trataba de una de las peleas más esperadas por la afición, y que pudo haberle generado credibilidad al tapatío, cuya imagen para millones de personas continúa siendo la de un boxeador exclusivo de la mercadotecnia y ventajoso a la hora de elegir rivales.
El “Canelo” y su equipo sabían que las posibilidades de ganarle no estaban muy claras. Por esa razón eludieron la confrontación con todo y que el Consejo Mundial de Boxeo lo obligaba a defender su título de los pesos medianos con el “Bandera Roja” como se le conoce al mexico-americano.
Para compensar a Benavidez, el CMB lo colocó de un plumazo como el número uno de los supermedianos con carácter de retador obligatorio a ese título, pero sin ninguna sanción para Saúl, a quien por le menos se le hubiese desconocido como campeón de ese organismo por eludir a ese rival.
Alvarez no solamente dejó escapar una de las bolsas más grandes que haya ganado un pugilista. Se hablaba de 60 millones de dólares, los que cambió con tal de no toparse con la tercera derrota de su carrera, y tal vez la posible repasada que le esperaba ante un adversario tan peligroso.
Su decisión implicó también abandonar las filas de la promotora PBC, la que se empeñaba en organizar ese combate sabedor de que resultaba más interesante y mediática en el horizonte y el camino de Saúl.
El tapatío, acostumbrado a realizar solo dos combates por año, estaba empeñado en enfrentar a Jermall Charló, consciente de que se trataba de un rival menos peligroso comparado con Benavidez.
Su negativa detonó en miles de comentarios adversos que se suman a su de por si cuestionada carrera. Y uno de los que habló fuerte al respecto fue el ex campeón mundial de los pesos completos, Mike Tyson, quien dijo que Saúl “es una vergüenza para México y el boxeo al rehuir este compromiso. Lo señala de estar manchando su nombre (¿) y su reputación.
MUNGUÍA. En una ocasión Saúl dijo que no le gustaba pelear contra mexicanos. Tal vez se refirió a que no quería exponer sus cinturones con un compatriota, porque se le olvida que antes de alcanzar la cima hizo un récord contra puros aztecas, como deja de lado también que enfrentó, ya como campeón, a Julio César Chávez Jr..
Tras su negativa de verse las caras con Benavidez arriba de un cuadrilátero, surgió el nombre de Jaime Munguía como posible rival. Hasta él mismo lo anunció de que podía ser su siguiente enemigo. ¿Se olvida que Jaime es mexicano?.
Pero siendo realistas, de concretarse ese choque, considero que las oportunidades del tijuanense para salir con el brazo en alto no le alcanzan todavía lo suficiente. Munguía debe madurar un poco más. Creo yo.