Con la calidad de juego que están ofreciendo equipos como Juárez, Tijuana, Puebla y otros más, amén de los resultados que obtienen, uno se pregunta si realmente si no es necesario que regrese el descenso, como medida casi obligatoria para que estas franquicias puedan trabajar en pro de competir en una Primera División de Futbol.
Es indudable que, al abolirse el descenso, los clubes pequeños cayeron en una zona de confort en la que únicamente hacen que exista presencia sin importar la competitividad y el producto que ofrecen al consumidor llamado aficionado.
Puebla y Tijuana fueron protagonistas en el pasado. Es cierto, no hace mucho tiempo. Pero nadie debe enfocarse a trabajar para una temporada bien y diez malas. Se entiende que, por participar en el máximo circuito, los clubes deben de generar esa expectativa de pertenecer a la supuesta liga más poderosa del país. Sin embargo, aquí se está cumpliendo con la función de “estar”, sin que el nivel sea prioridad.
Los Bravos de Juárez han acumulado solo par de puntos de 30 disputados. ¿Acaso existe paridad alguna con los que marchan en lo más alto, o a media tabla? ¡Claro que no!
El equipo chihuahuense ha sido una fuente de ingresos para la Federación Mexicana de Futbol con esa regla de que, los tres últimos, paguen una suculenta multa por sus cetrinos resultados. Ese ha sido su recorrido en las últimas campañas, al igual que el Querétaro.
Tijuana ya forma parte de ese club. El año pasado se vio obligado a cubrir la millonaria cuota y de nueva cuenta va por el mismo carril, en cuya dinámica se ha metido también Mazatlán, cuya plaza desde que emigró de Morelia al puerto sinaloense ha sido para navegar los últimos escalones, salvado el año pasado cuando se metió a la brillante idea del “play inn”.
Los millones de pesos que estas organizaciones sueltan por la mala temporada pesan en los bolsillos de sus dueños, que la mayor parte viene de los patrocinadores. El golpe más fuerte lo recibirían con un descenso, pero allí se arroparon justos y pecadores cuando se determinó que ya no habría “por un tiempo”.
El origen de abolirlo, ustedes deben saberlo, fue porque clubes como Cruz Azul, Guadalajara y Pumas, en algún momento corrían el riesgo de desaparecer. Y eso, habría sido un golpe letal a la de por sí muy cuestionada Liga MX.
El descenso urge que se vuelva a retomar. De lo contrario estaremos viendo más temporadas con los grandes ocupando los primeros sitios, los regulares a media tabla y los más malos luchando por no quedar en los lugares del 16 al 18.
