Considero a Rubén Rocha Moya, candidato de Morena-PAS al gobierno de Sinaloa, un hombre intelectualmente interesante y con una inteligencia relevante.
Discrepo con quienes asumen que su edad y condición física es un lastre para su campaña hoy y para su posible desempeño como gobernador después.
Veo que lo pueden presentar como un adulto sabio en vez de un viejo acabado. Incluso desde poco antes del inicio de su campaña se le ha observado con mayor energía, con mejor aspecto y con más ímpetu.
Sin embargo hay algunos puntos que en mi opinión deben analizar el propio candidato y su equipo de asesores, porque le están perjudicando y los cambia o se cae.
Cito algunos:
1.- Desde el acto de su presentación como su coordinador de campaña, Alejandro Higuera, se comportó arrogante, retador y hasta ofensivo con sus críticos, incluidos los auténticos morenistas que cuestionaron su nombramiento, a quienes llamó perros. Prefirió golpear hasta a los de casa, en vez de tender puentes para reducir la tensión interna generada tras la definición de candidaturas.
2.- En la conferencia de inicio de campaña Rocha Moya ofreció públicamente una secretaría a la diputada Graciela Domínguez, molesta por el proceso interno para la designación de candidatos.
3.- Lo mismo en Guasave con la presidenta municipal con licencia, Aurelia Leal, inconforme porque de una manera abusiva se le quitó de la lista de aspirantes a diputados locales por la vía plurinominal. Lo hizo públicamente en el acto de inicio campaña, como si no hubiera posibilidad de hacerlo con mayor discreción. A como va no le van a alcanzar las secretarías de gobierno del estado para calmar los ánimos de los disgustados.
4.- Parece que desprecia la operación cicatriz. A más de tres meses de su designación como candidato, no se ha reunido, por ejemplo, con otro de los aspirantes, Raúl Inzunza, que en el norte de Sinaloa significa un buen número de votos. El lunes estuvo a media cuadra de su casa en Guasave y no buscó el contacto. Tampoco ha enviado a alguno de sus cercanos.
5.- Ayer miércoles en Escuinapa dijo que antes nadie le disputaba la candidatura a gobernador, lo que no es cierto, y trajo a la actualidad un conflicto interno cuyas heridas no acaban de cerrar, al citar que ahora hasta se le fueron encima por la vía jurídica para tumbársela. No había necesidad.
No son cosas que le beneficien. Las modifica o se desploma.