Víctima de un mal incurable, y sin que el hecho hubiere robado algún espacio importante en los medios de la época, había muerto, una tarde nebulosa, el hombre aquel.
El almanaque (calendario) colgado de un pequeño clavo de la rústica pared de aquella vivienda, se deshacía paulatinamente de sus hojas, durante el lejano mes de agosto de los años 70s.
“Menos mal que mi padre tuvo a bien repartir su herencia a muy buen tiempo”, comentaba a sus amigos uno de los tres hijos del difunto, ya durante la celebración del velorio.
“En efecto, carnal”, agregó otro de los huérfanos; “fue previsor nuestro viejo al dejar bien establecido y documentado el reparto de su herencia”, dijo.
“Así es hermano, como ya has de saber, a ti te dejó todo el sur del pueblo, a mí el norte, mientras que a nuestra querida hermana, le corresponderá el centro”.
“Disculpen queridos amigos, pero debo reconocer que en mi caso particular, nunca supe que su finado padre hubiese sido un hombre rico”, respondió un sujeto que se había sumado a la charla.
¿¿¿Cuál rico hombre????… Mi padre era el cartero del pueblo, aclaró iracundo el humilde doliente.
A PROPÓSITO DE HERENCIAS
En México, una pregunta rebota de boca en boca: ¿ Quién de los tres amigos del presidente Andrés Manuel López Obrador, recibirá de sus bondadosas manos la herencia del poder político de México?
¿Será Claudia, quizá Marcelo, o tal vez Adán?… Por el momento, la respuesta es incierta, y solo nos la entrega en trozos la incierta especulación ciudadana.
La única realidad, es que la dama y los dos caballeros antes enunciados, sobrevuelan ya el suelo mexicano en busca de darse a conocer y salir avante en una encuesta ciudadana que su partido celebrará el año entrante para seleccionar al mejor evaluado.
Por lo pronto, a suelo sinaloense han aterrizado a saludar y exhibirse ante propios y extraños, dos de los tres prospectos: Adán Augusto López, nos visitó el pasado jueves 14 de octubre.
Y este domingo 6 de noviembre, Claudia Sheinbaum no se quiso relegar en la jugada política, por lo que llegó también a Culiacán para dialogar con funcionarios de gobierno, líderes del partido, académicos, estudiantes y simpatizantes venidos de varios puntos del Estado.
Rubén Rocha Moya, el gobernador de Sinaloa, y miembro también de MORENA, ha sido el gran anfitrión y aparente simpatizante de uno y la otra.
Sobra decir, que la visita de la tercera “corcholata”, en tal caso el canciller Marcelo Ebrard, no tardará en ocurrir y desde luego, sentirá sin duda el afecto y solidaridad de nuestro Gobernador.
Habrá que esperar entonces la tercer visita de los presidenciables de AMLO, para atestiguar lo que podría ser la graduación del gobernador de Sinaloa, como el mejor actor de la película que ya se rueda en locaciones nacionales, cuyo título podría ser: “Dos Corchos y una Lata”
Es evidente, Rocha Moya está en su papel, sabe que estamos a menos de un año de saber el nombre del candidato, por lo que no puede darse el lujo de adelantar tiempos y mostrar la carta de su preferencia.
La desventaja, para todos los exgobernadores de MORENA, es que estamos ante el pre-destape de tres prospectos del propio Presidente, por lo que agarrar barco sin una carta certificada de navegación, sería casi un suicidio político.
Recordemos que en épocas pasadas, a los mandatarios estatales les resultaba más cómodo lanzarse a la cargada, ya que, el presidente de la Republica, a través del PRI, destapaba solo un pre-candidato y ello lo convertía en el seguro presidente de México.
Pero hoy, las cosas parecieran ser diferentes, y quizá lo son, aunque solo en las formas, porque en el fondo, es la misma cosa ir atrás que en ancas.
Por lo pronto, la grilla política se ha empezado a calentar… Nos veremos enseguidita.
