El aplauso es la necesidad humana de expresar una opinión o sentimiento favorable frente a un interlocutor.
Ese choque prolongado de las palmas de nuestras manos, representa el alimento que halaga y nutre el ego de toda persona.
Sería pues, el aplauso, el obsequio moral que se le otorga entre otros casos, al artista tras su actuación, o en su momento, al político, tras su atractivo discurso.
Al grano, dijo la gallina; Me llama la atención el festejo que en México ha generado el triunfo político de quien fuera el candidato de la izquierda al gobierno de Brasil, Luis Inazio Lula Da Silva.
Hombres y mujeres de la izquierda, le aplauden con singular entusiasmo al político sudamericano.
¿Pero, por qué entregar el aplauso atronador y regalarle vivas a un político extranjero, mismo que por cierto, por tercera ocasión llegará a gobernar a su pueblo?
Regresa Lula Da Silva al País que había gobernado durante los años 2003 al 2010, sin que en sus dos periodos, ni la violencia, ni los índices de pobreza, y tampoco la marginación de un amplio sector de sus gobernados, hubieren mostrado en esos tiempos, grandes signos de mejoría.
Sin embargo, a sus 77 años de edad, Lula volverá a gobernar Brasil luego de enfrentar severas acusaciones de actos de corrupción y haber alcanzado su libertad tras su encarcelamiento por un espacio de 19 meses.
Tras concluir su segunda gestión, Lula había sido acusado judicialmente y sentenciado a 9 años de prisión, sin embargo, un juez le otorgó la libertad antes del término, aunque dejando procesos legales pendientes.
No obstante, pese a todas sus penalidades morales y judiciales, Lula Da Silva regresa triunfante a la línea de flotación política.
Gana la segunda ronda de las votaciones a su oponente Jair Bolsonaro, en una inédita e histórica contienda entre el presidente en funciones, y un ex presidente.
Pero en México el aplauso para Lula es atronador; “Es que Latinoamérica se pinta de rojo, el color político que distingue a la izquierda”, argumentan los seguidores de esa doctrina.
¿SERÁN APLAUSOS SIMBÓLICOS PARA AMLO?
La pregunta del sub título, me lleva a plantear una segunda: ¿Será acaso, que la inspiración de los aplaudidores sea la gran similitud que observan entre Luis Inazio el brasileño, y Andrés Manuel el Mexicano?.
Podría ser, ya que la identidad en sus ideologías, su manera de enfrentar a los opositores, sus discursos, el contacto con el pueblo, su plataforma política de gobernar para los pobres, serían signos que asemejan a los dos personajes en referencia.
Otra posibilidad que observo en el origen del júbilo pro-Lula, podría ser la necesidad que los porristas sienten de hacer suya la hazaña del candidato brasileño.
De aceptar como válida esa apreciación; ¿Estaríamos entonces “pirateando” y tratando de capitalizar el triunfo electoral a Luis Inazio Lula Da Silva, para beneficio de la Cuarta Transformación?
Es decir, pretender que esa victoria de Lula se replique en México a favor de MORENA en las elecciones de 2024.
Válida o infundada la hipótesis, de cualquier manera, mi recomendación para los agoreros del triunfo del abanderado brasileño, sería que no malgasten sus emociones cantando triunfos ajenos.
Que ocupen mejor sus manos para aplaudir hechos y eventos relevantes que valgan la pena y que verdaderamente enorgullezcan a todos nuestros connacionales, sería mi humilde recomendación.
Y si no hubiere razones para vitorear a personajes destacados de México, ofrezcan entonces un merecido descanso a las palmas de sus manos, en espera de algo que para nuestra patria bien valga la pena aplaudir…Nos vemos enseguidita.
