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¡Resiste Culiacán!

La asistencia escolar en Sinaloa alcanzó un sorprendente 80 por ciento esta semana, desafiando el clima de inseguridad que ha prevalecido desde el 9 de septiembre...

Víctor Torres.
Víctor Torres. | Línea Directa

La asistencia escolar en Sinaloa alcanzó un sorprendente 80 por ciento esta semana, desafiando el clima de inseguridad que ha prevalecido desde el 9 de septiembre debido a la disputa entre grupos criminales en la región. A la par, el estadio de beisbol de los Tomateros de Culiacán se llenó en los dos primeros juegos de la semifinal de la Liga Mexicana del Pacífico contra los Cañeros de Los Mochis.

Estos dos fenómenos sociales, aparentemente simples, revelan un cambio significativo en la actitud de los culiacanenses: la determinación de recuperar la normalidad en medio del caos.

La educación como refugio y resistencia

El regreso de los niños a las aulas en mayor número refleja no solo la confianza de los padres en la seguridad relativa que las escuelas ofrecen, sino también un hartazgo generalizado frente al miedo que ha paralizado la vida cotidiana.

La educación, como símbolo de esperanza y progreso, se establece en un espacio que las familias consideran esencial para el desarrollo de sus hijos, incluso en momentos de adversidad. Este aumento de asistencia escolar podría interpretarse como un mensaje colectivo: la comunidad no está dispuesta a sacrificar el futuro de sus niños a causa de la violencia.

El deporte como válvula de escape

El estadio lleno en los partidos de los Tomateros es otro indicador de este cambio. El beisbol, profundamente arraigado en la cultura sinaloense, ofrece un escape emocional frente a la incertidumbre diaria. Más que un espectáculo deportivo, estos encuentros se han convertido en un espacio donde la comunidad reafirma su identidad y demuestra que no está dispuesta a ceder ante el temor.

La gente, al congregarse en un estadio lleno, lanza un poderoso mensaje: la vida cotidiana no puede quedar secuestrada por el enfrentamiento entre grupos del crimen organizado.

¿Un principio de recuperación?

En los últimos días, se ha registrado una ligera reducción en el número de homicidios en la capital sinaloense. Aunque este descenso puede ser temporal, es posible que estemos ante el inicio de un cambio más profundo.

La recuperación de espacios como las aulas y los espacios deportivos indica que la sociedad sinaloense está encontrando formas de resistir y adaptarse, lo cual podría tener un efecto positivo en otros ámbitos de la vida pública.

¿Qué lo hizo posible?

La respuesta de los culiacanenses puede explicarse desde diferentes ángulos. Por un lado, la saturación emocional frente a la violencia constante ha generado una necesidad colectiva de retomar las riendas de la normalidad. Por otro, las autoridades locales podrían estar implementando medidas más efectivas para proteger espacios clave como escuelas y eventos deportivos, contribuyendo a un ambiente de relativa confianza.

Un futuro incierto pero esperanzador

¿Será este el inicio de un cambio más duradero? Es pronto para afirmarlo con certeza, pero lo ocurrido esta semana es un claro recordatorio de la resiliencia de los sinaloenses. La recuperación de la vida cotidiana no solo es un acto de supervivencia, sino también una declaración de que la sociedad no será doblegada fácilmente.

Si esta tendencia se sostiene y se complementa con una estrategia integral de seguridad y desarrollo social, podríamos estar ante un punto de inflexión para Sinaloa.

Mientras tanto, la asistencia escolar y el estadio lleno son señales claras de que, incluso en medio de la adversidad, la vida continúa y la esperanza permanece.

Fuente: Internet

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