Julio César Urías regresó a la senda del triunfo y lo hizo por la puerta grande. ¡Qué clase de pitcheo dictó el sinaloense! Hizo cera y pabilo a la ofensiva de los Filis de Filadelfia maniatándolos en un mísero hit, para cortar así una racha negativa de tres derrotas consecutivas tras un inicio de campaña más que formidable.
El único indiscutible que toleró fue un cuadrangular de su ex compañero Trea Turner, a quien los Dodgers enviaron el verano pasado a Filadelfia. El cañonazo de cuatro esquinas le rompió un juego perfecto al zurdo que lanzó por nota, como en aquella campaña del 2021 en que ganó 20 juegos.
La noche hubiese sido mágica de no enredarse Truner con esa esférica, un jueves que habría pasado como único en la historia de Grandes Ligas ya que en ese mismo momento en Oakland los Atléticos y Marineros de Seattle se estaban cincelando un juego perfecto mutuo hasta la sexta entrada.
La sombra del no hitter ha estado merodeando al mexicano, ya sea a favor o en contra. El pasado 21 de abril en la casa de los Cachorros de Chicago, con Urías lanzando, los Dodgers fueron maniatados en un imparable Drew Smyly a quien le desbarataron su joya en la octava entrada, hasta que David Peralta, abriendo el inning, le dio el hit que lo hizo despertar el gran sueño anhelado.
Este fue otro Julio César fue realmente otro ante los Filis. Tenía mejor comando de sus pitcheos, más relajado, más concentrado y haciendo una gran combinación de sus lanzamientos. Turner fue el único que los descifró, pero eso no trastocó su mentalidad. Continuó haciendo estragos con su brazo y en recompensa esta vez su manager Dave Roberts decidió abonarle una entrada más de la que acostumbra manejarlo.
Ese es el Julio César que siempre queremos ver. Ojalá no vuelva a caer en esa mala racha racha, porque serán sus números los que hablen por él a la hora de negociar el gran contrato que ya saborea.
HORROROSO. Los Dodgers ganaron ese partido por paliza de 13-1 con 17 imparables. Pero entre la joya de pitcheo del mexicano y la poderosa ofensiva californiana, hubo algo que, al menos a un servidor, se salió de todo contexto: la improvisación de relevistas que hizo el timonel de Filadelfia.
Con la causa perdida y tal vez razonando en ello que debía guardar brazos, el hombre jaló a un jugador de cuadro para sacar el último out (en el cierre del octavo inning). Kody Clemens subió al montículo sin ninguna noción, mecánica y estética con la que un auténtico y genuino lanzador se desempeña.
Hasta los movimientos de Clemens arrebataban risa de algunos y lástima de otros. El pitcher sacó ese out después de recibir tres hits y otorgar una base. Déjenme decirles que hasta un pitcher de categoría Pingüica hubiese hecho mejor trabajo.
