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Policíaca

¿Qué clase de guerra es esta, que mata niños?

Tenía 12 años. Su vida apenas comenzaba. Fue asesinada en Culiacán, en medio de un enfrentamiento armado. Y aunque estas palabras se repiten con demasiada frecuencia,...

Víctor Torres, director general de Línea Directa
Línea Directa | Víctor Torres, director general de Línea Directa

Tenía 12 años. Su vida apenas comenzaba. Fue asesinada en Culiacán, en medio de un enfrentamiento armado. Y aunque estas palabras se repiten con demasiada frecuencia, no podemos acostumbrarnos.

Sí, se vale cuestionar a la autoridad. De hecho, es necesario. Porque quienes gobiernan tienen la responsabilidad de protegernos a todos. No hay justificación posible para que una menor pierda la vida de esta manera. No existe estrategia de seguridad que pueda sostenerse mientras las víctimas inocentes sigan sumándose.

Pero también vale la pena mirar hacia quienes disparan. A quienes jalan del gatillo sin ver. A quienes, por la razón que sea, abren fuego sin detenerse a pensar en quién está frente a ellos. No se trata de justificar ni de romantizar nada. Se trata, simplemente, de preguntarnos en qué momento dejamos de reconocernos como personas.

¿Qué pasa en el interior de alguien que es capaz de accionar un arma en una calle donde hay familias, niños, gente inocente? ¿Cómo se llega al punto en que la vida del otro ya no pesa? ¿Cuándo dejamos de sentir que matar, aunque sea por error, aunque sea por “daño colateral”, es una tragedia?

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No sabemos si quienes dispararon sabían que ahí estaba Danna Sofía. Tal vez no. Pero eso es precisamente lo más doloroso: que a veces ya ni siquiera importa. Se jala el gatillo sin mirar, sin pensar, sin medir. Como si enfrente no hubiera nadie. Como si la vida humana se hubiera vuelto invisible.

¿En qué momento una niña se volvió “daño colateral”? ¿Cómo llegamos a normalizar esto? No se trata de señalar con odio, ni de alimentar más violencia. Se trata de no cerrar los ojos.

Este país no necesita más víctimas. Necesita que quienes tienen en sus manos el poder —desde una institución o desde un arma— recuerden que del otro lado de cada decisión hay vidas. Vidas reales. Con nombres, con familias, con sueños.

Casos como el de Danna Sofía no son aislados. En enero pasado, los hermanos Gael y Alexander fueron atacados junto con su padre cuando circulaban por la carretera a Imala. También está el caso de Carlos Felipe, quien murió tras un ataque armado a un autolavado en Culiacán, y el de Regina, de 14 años, víctima inocente de un enfrentamiento a balazos en Villa Juárez, Navolato, solo por mencionar algunos.

Si no somos capaces de proteger a nuestras niñas y niños, ¿qué nos queda como sociedad?

Fuente: Internet

Fotografía de perfil de Víctor Torres

Víctor Torres

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