El ciclismo ha sido uno de los deportes de mi preferencia y que más cubrí en mi carrera y estancia como Editor de Deportes en El Debate, después del beisbol y el boxeo. Tuve la satisfacción de no solamente realizar crónicas de competencias sino también la de encabezar en el terreno operativo algunas carreras que dejaron huella en Sinaloa y en México.
Entre ellas estuvieron por obvias razones, las clásicas de aniversario de los matutinos de dicha cadena periodística y la cereza en el pastel, la Vuelta a Sinaloa, cuya prueba trascendió de tal manera que, en los archivos de la Federación Mexicana de Ciclismo quedó patentada como la más numerosa en cuanto a participación (260 corredores, en 1991) y galardonada por la propia FMC como el mejor evento del año en el 2001.
Pero todo esto viene a colación, porque como espectador a través de la pantalla chica, me “devoré” el que por muchos años continuará siendo la reina de todas las vueltas en el mundo, el Tour de Francia”, que en su edición de este 2024 me cautivó por la forma tan sorprendente como el nuevo campeón, Tadej Pogacar (Eslovenia), trabajó para coronarse y borrar el reinado del danés Jonas Vingegaard.
Pogacar demostró ser el mejor pedalista del planeta en estos momentos. Este hombre está hecho de otro material, como los catchers en el beisbol. Desde que se apoderó del sweter amarillo de líder nunca más lo volvió a abandonar. En las etapas más difíciles, el eslovenio tuvo que depender casi de sí mismo en los últimos tramos, luego de que sus compañeros de equipo realizaron una ardua tarea para arroparlo y conducirlo hasta el trono.
La peculiaridad de Tadej en este giro fue que ganó seis etapas, algo que muy poco conquistan aquellos que terminan con el jersey de campeón. Refrendó su posición de número uno y amarró el título desde la antepenúltima etapa, arribando en primer lugar a la meta luego de enfrascarse en una lucha directa contra Vingegaard –que buscaba el tricampeonato- y del belga Remco Evenepoel, sus sombras más directas en esa batalla por los máximos honores.
Jonas y Remco ocuparon los sitios dos y tres, respectivamente, en la tabla general, y nunca pudieron desbancar a Pogacar, quien se dio el lujo de enfrentarlos cara a cara sin apoyo y borrarlos del mapa a la hora de fugarse rumbo a la victoria de las etapas.
Tadej había sido campeón del Tour en el 2020 y 21, y fue mprecisamente Vingegaard quien evitó que lo ganara por tercer año consecutivo. Es decir, le aplicó la misma dosis que a él le habían dado. El nuevo rey necesitó de 88 horas con 38 minutos y 56 segundos para recorrer los 3,498 kilómetros que en 21 etapas se dividió la versión del 2024, cuyo Tour registró además un hecho histórico: el británico Mark Cavendish superó la marca de más etapas ganadas de por vida, que era de 34 y que compartía con el icónico belga Eddy Mercky.
Mark, de quien existe un documental en una plataforma mundial sobre su vida, problemas y lesiones que lo alejaron un tiempo del ciclismo, ganó la quinta etapa y buscó afanosamente un triunfo más que lo inmortalizara como el número uno, pero las piernas ya no se lo permitieron.
La otra particularidad que tuvo este Tour, es que por primera vez la carrera no concluyó en los Campeos Eliseos, que fueron bloqueados por los preparativos rumbo al inicio de los Juegos Olímpicos de París, y por consecuencia tampoco terminó en la capital francesa, sino en Niza.
