El pasado lunes 13 de enero se presentó el Plan México (PM), la iniciativa más importante para promover el crecimiento económico, la atracción de inversiones, competitividad internacional, el fomento a la industrialización y desarrollo regional, desde que Morena gobierna nuestro país. Esta iniciativa de la presidenta Claudia Sheinbaum representa una estrategia pertinente para hacer frente a una nueva etapa de mayores aranceles y proteccionismo a nivel global, que vendrá con el segundo mandato del presidente Trump.
El PM le asigna prioridad a sectores industriales orientados a la exportación, a manufacturas de elevado componente tecnológico, donde se tiene una fuerte presencia la inversión extranjera directa (IED). Se habla del sector automotriz y de electro movilidad, aeroespacial, semiconductores, electrónico, farmacéutico, químico, agroindustrial. A la vez se plantea el rescate de industrias tradicionales como son la textil, del calzado, mobiliario y juguetes, que han sido devastadas por las importaciones chinas. También se contemplan proyectos de infraestructura en el sector energético, de carreteras, trenes de pasajeros y aeropuertos. Hacia el año 20230, esta iniciativa presidencial considera una inversión total por 277 mil millones de dólares y desarrollar 2 mil proyectos registrados en el portafolio de inversiones del gobierno federal. Un asunto importante es que se propone superar el paradigma del pasado sexenio y abrir a la inversión privada los proyectos de la CFE, Pemex, en la construcción de infraestructura y explotación del litio.
Por su estrategia y orientación, el PM se pretende ejecutar en regiones y estados donde la industrialización es muy fuerte, donde ya existe un importante sector exportador ligado a la globalización, en aquellas entidades federativas con mayor capacidad para atraer capital privado, nacional o extranjero. Sinaloa aparece de manera débil en esta ambiciosa política pública. Nuestra base productiva nos limita de manera estructural. Las exportaciones de Sinaloa son de bienes primarios y representan el 1.5 % del total nacional. Por su parte, la IED que atrae nuestro estado significa más menos el 1 %. La base primaria de la economía sinaloense nos limita y nos ha determinado un déficit de globalización.
Para aprovechar el PM en Sinaloa se tendrá que trabajar en diversos frentes. Citaré tan sólo algunos ejemplos. Como estado se nos ubica dentro de un polo de crecimiento y desarrollo regional que tiene como punta de lanza a Sonora, con la planta fotovoltaica más grande de América Latina, que ahí impulsa la CFE. El parque industrial que la empresa Tetakawi desarrolla en Mazatlán, para producir manufactura aeroespacial, no se visualiza en el primer documento que se presentó. Lo mismo sucede en el apartado de energía, donde no se explicita el gran proyecto de la empresa Mexinol, cuya concreción posibilitaría contar en el municipio de Ahome, con la planta de hidrógeno verde y metanol más grande del mundo. Dentro de los tramos proyectos carreteros prioritarios aún no aparece el proyecto Topolobampo-Chihuahua, que requiere la construcción de un gran puente sobre la presa Huites. El apartado de agroindustria del PM también se queda corto y solo nos aborda con el tema del maíz y la tecnificación de los distritos de riego.