Según la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario dependiente de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transporte nuestro país cuenta con una red ferroviaria de 21,755 km de vías primarias construidas por donde transitan todos los días trenes de carga y pasajeros. La última gran obra de infraestructura ferrovial, fue la construida en los estados del sur de México por donde transitarán el llamado “Tren Maya”, un tren turístico de pasajeros que recorrerá 1,554 km entre Chiapas, Campeche, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo.
Como parte de sus primeras acciones de gobierno, la Presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo anunció la creación de 3 proyectos de infraestructura para la movilidad de pasajeros y mercancías, lo interesantes es que no es una apuesta por carreteras, sino en líneas de trenes. ¿Tiene viabilidad? o ¿solo es parte del seguimiento al modelo heredado del Presidente López Obrador y su sueño sobre rieles?
Los primeros proyectos son 1.- Pachuca – Aeropuerto Felipe Ángeles, 2.- México – Querétaro – Guadalajara, y 3.- México – Nuevo Laredo. Creando con ello un desarrollo para las regiones. La futura mandataria nacional dijo que ya se trabajan los proyectos para “no perder tiempo” e implementarlos desde su primer día de gobierno.
Los trenes utilizarán las vías existentes y para las obras de adaptación o construcción se invitará a la SEDENA y empresas nacionales e internacionales. Los equipos serán eléctricos, compartirán derecho de vía con el actual servicio de Ferrocarriles Nacionales y concesionarios privados.
La apuesta por la movilidad ferroviaria implica también la compra y adquisición de los equipos a empresas que producen vagones y trenes en México. Empresas como ALSTOM con planta en Hidalgo o CAF que tiene sus fábricas en el Estado de México o CRRC Zhuzho empresa de locomoción de capital chino con presencia en Querétaro.
La apuesta por los trenes eléctricos es una apuesta por la movilidad sustentable, el uso de las vías ya existentes reduce el costo para la implementación del proyecto. Si Andrés Manuel fue criticado por no voltear a ver soluciones basadas en la sustentabilidad y la reducción de emisiones de carbono en los proyectos de infraestructura. Claudia manda un mensaje en sentido contrario, la movilidad de mercancías y pasajeros en trenes eléctricos tiene un menor impacto ambiental y una reducción en costos para los usuarios.
En Asia y Europa, la apuesta por la movilidad ferroviaria redujo los costos y tiempo de traslado. En España, viajar de Madrid a Barcelona un total de 550km tiene un costo de entre los 20 y los 100 euros (dependiendo disponibilidad y categoría del pasaje) y el usuario tarda 2.30 horas en hacer el recorrido. En auto, el costo es 5 veces mayor y el tiempo de traslado es de 6:15 horas. En China, país que inspira al cambio de modelo ferroviario en México, viajar de Shangai a Pekin 1,315 km cuesta alrededor de 72 euros y el tiempo de traslado es de 5:30 horas aproximadamente, por carretera este trayecto se logra en no menos de 12:30 horas.
Con la infraestructura adecuada y los trenes en optimas condiciones, los pasajeros tendrían garantizados un transporte cómodo, eficiente, más económico y menos contaminante. Esto claro, si toman los mejores ejemplos de los países europeos y asiáticos. Por el contrario, si se empeñan en simular y querer hacer las cosas al aventón, en la opacidad acostumbrada y sin mayores estudios técnicos y ambientales, este gran proyecto estará encaminado al fracaso. Es una excelente oportunidad para que la nueva Presidenta demuestre, la estatura de su gobierno. Luego le seguimos…