El comunicado emitido por las Grandes Ligas en el que anuncia la posible reincorporación de Julio César Urías, después del Juego de Estrellas, ha causado turbulencia en el medio y específicamente con dos exestelares de la pelota que fueron recluidos al anonimato sin ninguna esperanza de retorno.
La MLB ha señalado que el lanzador zurdo sinaloense podrá volver a los diamantes del gran circo si alguna organización decide firmarlo, pero que tendrá que esperar 81 juegos, los que prácticamente se convierten en el “castigo” aplicado por su problema y acusación de violencia doméstica que detonó con un congelamiento completo de la pasada temporada y el último mes de actividad de un año antes.
Trevor Bauer y Yasiel Puig, dos elementos que defendieron la causa de los Dodgers, levantaron su voz en señal de inconformidad por lo que ellos consideran no ser medidos con la misma vara, pese a que –en el caso del norteamericano- se comprobó su inocencia.
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¿Habrá actuado entonces el alto comisionado con cierta parcialidad? Por lo que provocó en Bauer y Puig podría decirse que sí. Trevor criticó a la MLB de actuar tibiamente en el caso de Urías, recalcando que el mexicano había incumplido par de veces en la política de violencia doméstica que tanto tratan de evitar las organizaciones en sus jugadores.
Trevor apunta que “está bastante claro lo que está pasando realmente”, haciendo alusión de que lo suyo fue más personal que otra cosa, agregando que existe favoritismo hacia el serpentinero zurdo mexicano.
Puig reclama que le brinden la misma oportunidad que le dieron a Julio César, y fue directo a la llaga, señalando que al menos él no fue suspendido por violencia fuera del campo de juego. Yasiel declara tajantemente que nunca se rendirá y que seguirá levantando la voz esperando justicia.
Tal vez la molestia de ambos pueda borrarse si ningún club le abre las puertas al sinaloense. Y todo parece indicar que así podría ser, por los antecedentes que existen.
Pero si algún club necesitado de pitcheo abridor que pueda andar navegando por los últimos lugares después del clásico de media temporada opta por firmar a Urías, júrenlo que terminarán ofreciéndole un contrato muy pobre, aunque de suceder, solo servirá para alimentar más rencor de los dos personajes arriba señalados.
Bauer ha manifestado, incluso, de jugar sin esperar sueldo alguno, porque el lanzador solo busca demostrar que todavía tiene capacidad para volver a ser la estrella de algún club, y que no le importa echar por la borda el contrato millonario que le ofrecen en la liga japonesa.
De acuerdo a analistas estadounidenses, ven poco probable que ninguno de los tres regrese al “big show”. El tiempo lo dirá.
