En todos los lugares del mundo en donde se celebraban elecciones de algún tipo, las mujeres habían obtenido el sufragio en los años sesenta o antes del siglo pasado, excepto en algunos países islámicos, y curiosamente, en Suiza.
A partir de los años sesenta, empezando por los Estados Unidos se observa un impresionante renacer del feminismo. Las mujeres como grupo se convirtieron en una fuerza política. El primer, y tal vez más sorprendente, ejemplo de una nueva conciencia sexual fue la rebelión de las mujeres tradicionalmente fieles de los países católicos contra las doctrinas más impopulares de la Iglesia, como quedó demostrado en los referéndum italianos a favor del divorcio (1974) y de una ley del aborto más liberal (1981).
Los porcentajes de mujeres en los parlamentos de América Latina era alrededor del 11 por ciento en la década de los ochenta del siglo pasado. Una parte importante de las mujeres, que por primera vez, se encontraban a la cabeza de estados y de gobiernos en el mundo subdesarrollado se vieron en esa situación por herencia familiar: Indira Gandhi (India, 1966-1984), Corazón Aquino (Filipinas, 1986-1992), Isabel Perón (Argentina, 1974-1976), en calidad de viudas.
Y sin embargo, antes de la segunda guerra mundial, el acceso de cualquier mujer a la jefatura de cualquier república en cualquier clase de circunstancias se había considerado políticamente impensable. Después de 1945 fue políticamente posible -Sirimavo Bandaranaike, en Sri Lanka, se convirtió en la primera jefe de gobierna en 1960, y al llegar a 1990 las mujeres eran o habían sido jefes de gobierno en dieciséis estados.
En los años noventa del siglo pasado, las mujeres llegaron a la cumbre de la política: como primeras ministras en Israel (1969), Lituania (1990) y Francia (1991). El mundo de la política estaba cambiando muy rápido.
Estados Unidos nunca ha tenido mujer de presidenta. Casi lo logra en la elección presidencial de 2016, en la contienda entre Hilary Clinton y Donald Trump.
En México hemos tenido mujeres que han competido por la presidencia de la república. En 1982, el Partido de Revolucionario de los Trabajadores (PRT)
postuló a una mujer muy digna por la lucha que enarbolaba, la presentación de los jóvenes desaparecidos durante la década de los setenta y ochenta del siglo pasado, me refiero a Doña Rosario Ibarra de Piedra.
El Consejo Nacional del Partido MORENA ha nombrado a Claudia Scheinbaum Pardo, como Coordinadora de Defensa de la 4T, llegado el momento del registro de las candidaturas presidenciales, de seguro será la candidata a la presidenta. Sus posibilidades de ser presidente son muchas. La postula un partido fuerte y en el poder.
La oposición aglutinada en torno al PRI, PAN y PRD de seguro postulará a la senadora Xóchitl Gálvez Ruiz. Y por lo pronto, Movimiento Ciudadano no tiene candidato presidencial.
De seguro será mujer la próxima presidenta de la república de nuestro país.Para la elaboración de este artículo se consultó Eric Hobsbawm, Historia del Siglo XX, Ed. Crítica.
