Lamentable que sucedan estos hechos como el del domingo donde un ciclista de la vieja guardia murió por atropellamiento. No ha sido el primero, pero esperemos que sea el último, aunque para ello falta mucha voluntad y conciencia tanto de las autoridades como de los mismos automovilistas donde muy pocos tienen respeto por quienes a temprana hora transitan por nuestras carreteras.
La muerte de Jesús Herrera, un pedalista que brilló en la década de los 60´s, se suma a la de otros elementos que han corrido con esa mala suerte en la que un loco o cafre del volante, sin las mínimas normas de seguridad para conducir y respetar señales, cortan de tajo la vida de una persona cuyo único delito es ejercitarse y salir a practicar una disciplina que llevan en la sangre desde niños.
Por muchos carriles exclusivos que los gobiernos construyan para que el ciclista transite por esa vía, siempre habrá algún individuo que, bajo los influjos del alcohol o alguna o droga, aseste ese golpe tan duro no sola a la familia del pedalista atropellado, sino para todo el ciclismo en general.
¿Con qué confianza podrían unos padres de familia apoyar a sus hijos de practicar este deporte, si saben que este tipo de tragedias suelen estar siempre muy latentes? Tal vez esta sea esta una de las causas por la que el ciclismo no tenga un número masivo de competidores como los tiene el futbol y el béisbol, solo por citar algunos ejemplos.
A la memoria me vienen dos casos similares, pero solo en uno la autoridad consiguió aprehender al responsable: el de Julio César Mendívil. Este rodaba rumbo a Topolobampo junto con otros compañeros cuando de pronto un individuo, todavía bajo el influjo del alcohol, lo atropelló y lo mató de manera instantánea el 8 de enero del 2020. El conductor se dio a la fuga, pero días más tarde fue identificado y puesto tras las rejas.
El otro que recuerdo fue el de Oscar Lobo, quien fuera presidente de la Asociación de Ciclismo en la década de los 80´s. Su muerte también fue casi instantánea, a unos 20 kilómetros al norte de Culiacán por la autopista Benito Juárez. Nunca se presentó a un responsable.
Y como ellos tres han existido más casos en todo Sinaloa. Los ciclistas no solo requieren de protección cuando se realiza una competencia. Por eso sería muy importante que la Asociación y los comités municipales pudieran coordinarse con las autoridades, con el propósito de establecer un programa de apoyo a sus rutinas de entrenamiento.
La idea no es mala, pienso yo.
