El pasado 20 de febrero se cumplieron 30 años de aquella histórica hazaña de Julio César Chávez de convocar a más de 130 mil fanáticos a una pelea. El gran campeón mexicano y el Estadio Azteca ingresaron al libro Guinness por tan apoteósica asistencia para una contienda de campeonato mundial.
Hubo quienes comentaron, en su momento, que era una completa locura pensar que dicha marca se lograra. Argumentaron, entonces, que añejas figuras como el “Ratón” Macías, Rubén Olivares y “Mantequilla” Nápoles no fueron capaces de llevar 100 mil o más aficionados, con todo y que JC había arrasado con los mejores boxeadores de su época.
La pelea levantó demasiada expectación no por el récord del boxeador inglés, sino por las ofensivas declaraciones que hizo previo al combate minimizando al mexicano, señalándolo de enfrentarse a muchos bultos, peleadores ya en decadencia y hasta taxistas.
En esa época el PPV (pagó por evento) estaba en todo su apogeo en México. Era un negocio bastante lucrativo que llenaba cines, bares y otros escenarios donde se trasmitía la pelea. El combate fue por esa vía y provocó tumultos, como los tuvo también con aquel duelo contra el “Chapo” Rosario, solo por citar algunos.
Recuerdo que un servidor hizo comunión con Ariel Chávez, hermano de Julio, por instrucción de éste último, para trasmitir la pelea en Culiacán. Lo hicimos en dos escenarios (Parque Revolución y Plaza de Toros) y en ambos el inmueble resultó insuficiente.
Pero todo esto viene a colación por la próxima aparición en escena de Saúl “Canelo” Álvarez, quien compite con Chávez para ser recordado como el más grande de la historia de México. El tapatío peleará en su tierra por primera vez desde que alcanzó su primer campeonato mundial.
El campeón indiscutido de los supermedianos peleará en el estadio Jalisco, cuya capacidad no rebasa los 60 mil espectadores. Tal vez si hubiesen intentado igualar el récord de asistencia implantado por Chávez, se habrían inclinado por el estadio Azteca como para conocer la capacidad de convocatoria.
No dudo que llenará el Jalisco, por la sencilla razón de que estará ante su gente. Tampoco dudo que hubiese llenado el “Azteca”, porque se trata de un boxeador mediático que nació cobijado por las dos empresas televisivas más importantes del país, mientras que, a Chávez, nadie lo conocía y se ganó ese reconocimiento a base de muchos golpes y nocauts.
La noche que masacró al “Azabache” Martínez en Los Ángeles (1984) para ganar su primer título mundial, hasta los mismos cronistas de Televisa estaban sorprendidos de la capacidad del sinaloense.
