La elección de jueces, magistrados y ministros de la Corte ha levantado polémica desde que se planteó como parte de la reforma al Poder Judicial.
Se dijo que era riesgoso, que podía politizar la justicia y que la ciudadanía no tendría las herramientas necesarias para elegir con criterio.
Tal vez haya algo de razón en esas advertencias. Pero lo cierto es que el proceso ya está en marcha… y en las primeras semanas nos ha dejado gratas sorpresas.
En Línea Directa hemos tenido la oportunidad de abrir los micrófonos a varias de las y los aspirantes.
Y sí: entre las entrevistas han aparecido perfiles con experiencia sólida, con vocación real de servicio, con preparación académica, incluso con esa mezcla tan necesaria entre juventud y compromiso.
Nos hemos topado con personas que entienden la enorme responsabilidad que implica impartir justicia en un estado como Sinaloa.
Es cierto que aún faltan muchas voces por escucharse. Apenas van dos semanas de campaña, y el desafío principal para los aspirantes es hacerse visibles.
Salir de las oficinas y hablarle de frente a una ciudadanía que aún no sabe ni cómo, ni cuándo, ni dónde votará.
Y ahí está la parte más complicada: ¿cómo va a votar la gente?
Porque elegir a quien juzgará con imparcialidad no es como votar por quien promete calles o programas sociales.
En este proceso no hay mítines masivos ni propaganda que inunde las calles.
Lo que debería haber es información, análisis y apertura.
Y eso es justo lo que nos toca exigir y también construir desde la sociedad y desde los medios.
La reforma judicial podrá ser polémica, pero está en marcha. Así que el reto ya no es cuestionar el método, sino hacerlo funcionar.
Hay que empezar por conocer a quienes quieren ser jueces y magistrados.
Mirar más allá de sus slogans y anuncios en redes, escuchar sus ideas, su formación profesional.
Tal vez, si como ciudadanos nos damos el tiempo de escuchar, de preguntar, de observar con atención a quienes aspiran a impartir justicia, podremos ejercer un derecho con plena conciencia, con responsabilidad… y con la esperanza de que nuestra decisión contribuya a construir un mejor sistema de justicia para todos.
