Desde aquel 29 de noviembre del año pasado cuando la directiva despidió a Benjamín Gil como timonel del equipo, los días del tijuanense estaban contados en la organización aún y cuando unas cuantas horas más tarde fue reinstalado en el cargo. Digamos que fue una “muerte anunciada”.
Hoy el hombre que le dio cuatro campeonatos en menos de diez años, ya ha sido borrado definitivamente de la lista. Los altos mandos boletinaron este miércoles que el “Matador” ya no continuaría al frente del equipo, una decisión que se mantuvo en el escritorio ese mismo día cuando dieron reversa solo para permitirle cerrar una temporada que ya estaba perdida.
El documento solo señala que los resultados y las “diferencias irreconciliables” fueron las causas principales que motivaron el romance entre el piloto y sus jefes inmediatos.
Aquel día de noviembre se había producido una fisura con pronósticos reservados y pocos favorables. ¿Qué habrá sido, además de los pobres resultados en el terreno de juego, que obligaron a los dueños del equipo a dejar caer la guillotina sobre Gil tres meses después de la triste eliminación?
Lo que haya sido son cosas que suceden y se quedan en el vestidor. Rara vez sale a la luz pública y mucho menos los directivos pueden ventilarlo al público y a los medios. Solo surgen especulaciones, como aquella de que la relación entre Benjamín y el entonces gerente deportivo Mario Valdez había rebasado los límites.
El aficionado tenía la esperanza de que Benjamín continuara al frente de los Tomateros después del extraordinario papel que realizó al frente del equipo mexicano en el Clásico Mundial. Pero no fue así, con todo y los miles de comentarios en redes sociales donde no solo apoyaban, sino exigían, que Gil siguiera siendo el manager de Culiacán.
En esa lluvia de comentarios hubo, incluso, amenazas en contra de la organización, advirtiendo que muchos no comprarían su butaca para la próxima temporada si Gil era removido del cargo.
Pero esas reacciones del público no son nuevas en la historia del club. Nos vienen a la mente tres casos por los que se manifestaron y sus demandas no procedieron. El primero fue con Darrell Sherman, cuando se dijo que ya no encajaba en el equipo. Luego, sobre el mismo punto, el de Adán Amezcua, quien después de 20 temporadas con Tomateros se iba por la puerta de atrás y le negaron su continuidad. Y el último, Rico Noel, quien fue un digno sustituto de Sherman.
¿SERÁ AMEZCUA? Y ya tocando el nombre del receptor oriundo de Mazatlán, déjenme decirles que una fuente muy confiable para este servidor me informaba este miércoles que habló telefónicamente varios minutos con Adán, y que este le manifestó que era cuestión de acordar mutuamente algunos puntos, para estampar su firma y convertirse en el relevo de Gil.
El exreceptor de los Tomateros no estuvo en el radar de los posibles candidatos a dirigir al equipo. Pero conscientes de que al frente debe estar alguien que se identifique muy de lleno con el club, es casi seguro que la directiva haya acordado ya que Adán tome la batuta.
