La nueva regla que impide las formaciones defensivas especiales no es la causa del escandaloso descenso en los porcentajes individuales de bateo en las Grandes Ligas. Antes de que aparecieran, muchos batazos de imparables se convertían en simples roletazos de rutina. Entonces, debemos darle el crédito muy merecidamente al pitcheo.
Si bien a la mitad del calendario regular existían más de tres docenas de jugadores arriba de la cifra mágica de los .300, cuando los brazos de los lanzadores se fueron asentando comenzaron a desaparecer bastantes elementos de esa lista, confirmando con ello que el jugarle de manera especial a los chocadores y jaladores de pelota no era precisamente la culpa.
Con tres juegos por disputarse en este calendario del 2024, incluyendo la jornada del viernes, y cinco para Atlanta y Mets que repondrán dos juegos suspendidos, es increíble cómo disminuyeron los elevados porcentajes de bateo en todas las Grandes Ligas. Comenzó la última serie con siete en total arriba de la cifra mágica, cinco de ellos sembrados en la Liga Americana.
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Bobby Witt Jr. (Reales de Kansas City) sostiene una lucha muy cerrada con Vladimir Guerrero (Toronto) y Aaron Judge (Yankees) por la corona de bateo a falta de esos tres compromisos. El primero, echando raíces en esa posición de honor, sacaba apenas 7 milésimas (.332 contra .325) a los otros dos.
En la Nacional, hasta hace una semana la pelea parecía estar solo entre Luis Arraez –que, a propósito, busca su tercer título en fila- y Marcell Ozuna (Bravos), pero el repunte del fenómeno japonés Shohei Ohtani lo ha metido ahora de lleno no solo por el banderín de champion bat, sino hasta de la triple corona.
Arraez, quien se ha desplomado en los últimos cuatro juegos al reducir de .321 a .312 su promedio, tiene solo 2 milésimas de ventaja sobre Ozuna, que pudiera desaparecer en una noche que se vaya en blanco como ha sucedido en sus últimos ocho turnos al bat.
Ohtani llegó a desplomarse hasta .289 hace una semana, pero después de aquella noche mágica en la que bateó de 6-6 con 3 jonrones y 10 carreras producidas, el porcentaje del nipón se fue como la espuma hasta colocarse en .305, solo siete debajo de Arraez.
Ozuna tiene una importante ventaja sobre Luis y Shohei, al contar con cinco juegos por delante. Pero también tantas apariciones al bat puedan resultar contraproducente.
La recta final de este calendario nos permitirá ver, y tal vez hasta soñar, que los dos elementos considerados virtuales ganadores del MVP (Jugador Más Valioso) en cada Liga, puedan terminar llevándose la triple corona de bateo. La cuesta no es tan alta, y, sí, con muchas posibilidades.
Judge tiene, además de su .325, el liderato de jonrones (58) en la Americana con 14 de ventaja sobre su más cercano perseguidor Anthony Santander (Orioles), y la cima en carreras producidas (144), con 29 de ventaja sobre José Ramírez (Cleveland) que es su más cercano perseguidor.
Othani por su parte, sus 53 jonrones son ya una cifra inalcanzable para su sombra Marcell Ozuna (39), mientras que en el renglón de carreras producidas (126) también se antoja difícil que Willy Adames (Milwaukee, con 111) sea una amenaza.