Siempre se presentan en el contexto mediático con la intención de mejorar, corregir, una situación que en lo educativo y cultural ciertamente requiere de atención y cuidado, pero la realidad es otra: con otras motivaciones, lo que se busca es la descalificación, casi satanización, del nuevo proyecto de escuela mexicana.
Detrás de las campañas (las que se están preparando y las que ya se han puesto en operación) hay otras intenciones: vulnerar el proyecto de la Nueva Escuela Mexicana (NEM) enarbolado por la llamada cuarta transformación, y lo principal, desacreditar un proyecto de nación que no conviene a los intereses de la oligarquía mexicana y sus personeros partidarios.
Para ello, califican de “socialista” o “comunista” al actual gobierno (aunque de eso no tenga un ápice), pero su objetivo es recuperar ganancias y privilegios.
Con esas “luchas”
Pronto, ya lo verá, y como sucedió en el caso de los libros de texto gratuitos, se recurrirá a la “gran protesta” de quienes no mueven un dedo ante la debacle cultural y social que afecta a nuestro país, alimentada por medios irresponsables, privados iniciativos y negociantes de la política.
Véanse si no, los perniciosos efectos de las llamadas “redes”, la permisibilidad de la televisión comercial y cablera, el vulgar negocio de una farándula que se mueve en la liviandad, la carencia de sentido, la veleidad y la plena vulgaridad.
De eso, los “cruzados” de la religiosa moralidad no se ocupan, no conviene. La “lucha” es otra y tiene como fin recuperar privilegios, regresar a la corrupción más atroz y acceder de nuevo al poder para beneficio de la oligarquía y sus cómplices.
¿Unión nacional?
La llamada Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) que no se sabe quién le da legitimidad, quiénes nombran a sus dirigentes, con qué razón se atribuyen la representación de los padres de familia mexicanos, no dice una palabra que afecte a la oligarquía.
La UNPF es un organismo justamente calificado de ultraderechista, que siempre ha tratado de sabotear las políticas educativas del Gobierno Federal, lo hizo al tratar de impedir la entrega de los libros de texto, mientras otros “cruzados” panistas proponían quemarlos (y en algunas partes lo hicieron).
Es una institución, la UNPF, “sin fines de lucro”, fundada el 27 de abril de 1917, según se dice en su sitio de Internet, y se integra con los padres de familia “agrupados en comités estatales y regionales en los estados de la República Mexicana”, pero esa representación no se sabe cómo se integra, cuáles sus normas y mecanismos de elección.
¿Y quién los pone?
Hemos preguntado a integrantes de sociedades de padres de familia, que existen por ley en todas las escuelas públicas, y nada se sabe de la tal UNPF. En ese ámbito la “presencia nacional” de esa agrupación es simplemente declarativa y se restringe a instituciones privadas.
Como sea, la UNPF declara que tiene “presencia nacional a través de sus Comités Estatales, Regionales y Municipales en la República” y que mantiene “relaciones con muchos actores sociales y educativos”.
Será, pero a juzgar por lo que hace y dice, la UNPF está al servicio de los sectores más conservadores de la iniciativa privada.
De la mano conservadora
Quien actualmente preside la UNPF, el Ing. Israel Sánchez Martínez, sustituyó al también ingeniero Luis Arturo Solís Bravo, se describe como gestor “de recursos, así como en la asesoría para la obtención de los mismos”.
Con el patrocinio del panismo más conservador, la UNPF se encarga de poner en cuestión todo lo que el Estado Mexicano diga y disponga en el campo educativo.
Para ello cuenta con total apoyo de la ultraderecha, de los medios de comunicación corporativos y de una clase opinante que se ha visto desprovista de sus anteriores privilegios.
No está de más recordar que la campaña satanizante contra los textos gratuitos fue apoyada y promovida por los dueños de la industria editorial, que hasta antes de la reforma explotaban una fuente de cuantiosos ingresos con la maquila de los libros (mil 500 millones de pesos anuales).
EN EL TINTERO
-México tiene que seguir su propia vía, su propia estrategia para enfrentar las amenazas y agresiones directas del delincuente Trump. La soberanía en primer lugar y a responder lo que venga. ([email protected]).