La credibilidad en el boxeo se ha manchado de nueva cuenta, arrojando un caso más a la engrosada carpeta de dudas que se generan en algunos combates. Pero ésta vez la polémica no recayó en las puntuaciones, como suele suceder comúnmente, sino en la actuación de un referee que enseñó más novatez que experiencia.
El origen de esta nueva historia se escribió en Nueva York, como resultado de un combate en el que Gervonta Davis conservó su cinturón mundial de peso ligero avalado por la AMB, al “empatar” con Lamont Roach en una decisión que ha vuelto a manchar este deporte salpicado en repetidas ocasiones por intereses que pisotean las reglas y esencias del mismo.
Davis colocó una rodilla sobre la lona durante el noveno asalto, y el tercero sobre las cuerdas se disponía a contarle cuando el boxeador acudió a su esquina para que, con una toalla, le limpiaran el rostro. El referee optó por no aplicarle la cuenta de protección, cuando aquí y en China, la acción del todavía campeón del mundo lo ameritaba.
¿Qué consecuencias tuvo ese error del referee? Simple y sencillamente que, al no contarle, los jueces no registraron el 10-8 en contra del peleador que tocó la lona con otra parte de su cuerpo que no fuera con la planta de sus zapatos como lo dicta la regla.
Esta omisión, o garrafal error como lo quiera considerar, permitió a Davis recibir de los jueces unas puntuaciones que le favorecieron: dos tarjetas idénticas de 114-114, y una tercera a su favor 115-113. De haberse aplicado la caída, las tarjetas de aquellos que dieron empate habrían favorecido (115-113) a Lamont, y en la que le otorgó el 115-113 hubiese sido un 114-114. Es decir, el triunfo de Roach habría sido una decisión dividida.
¿El referee no supo manejar la situación o una figura del calibre de Gervonta pesó? Recordemos que tipos como Davis generan mayores ingresos económicos y audiencia por televisión. Haberlo declarado perdedor iba en contra de los intereses de la promotora, que de esa manera consigue un argumento para realizar a la brevedad una revancha.
Así es este negocio, y para muestra no necesitamos ir tan lejos, solo con recordar las absurdas decisiones que se pronunciaron en aquella trilogía de combates entre Saúl “Canelo” Alvarez y Gennady Golovkin donde el mexicano fue favorecido en dos de ellas, porque él era el del negocio.
Gervonta demostró, como lo han hecho otros peleadores, que él está por encima de las reglas y de las comisiones de boxeo donde se presente. Davis perdió ese polémico noveno rounds… y por obvias razones también la pelea y el título.
Pero…..
