La razón por la que el futbol mexicano no crece la encontramos en los torneos chafas que se realizan en la zona de Concacaf, como esa pachanga denominada Concachampions, con cuyo certamen no sé si reírme, enojarme o echarme a llorar. Su calidad es pésima, y no lo digo solamente por los rivales a los que enfrentan los conjuntos aztecas, sino por la de ellos mismos.
¿Ustedes vieron el choque de ida entre Chivas y Cibao? No me digan que estuvo bueno y dramático, por favor. Fue una vergüenza el resultado en el que el equipo tapatío (jugando con todos sus titulares) solamente pudo anotarles un gol, y al que mucho habrá que agradecerle al silbante porque agregó ¡NUEVE¡ minutos de compensación, que se traducen a “hasta que los mexicanos empaten”.
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Pero no solamente Chivas hizo el ridículo, aun y cuando hayan conseguido el boleto para la siguiente fase. Los Pumas se enfrentaron al Cavalry –un equipo más modesto- con el que perdieron el juego de ida 2-1 y al que terminaron eliminando con su victoria de 2-0 en el de vuelta. Es decir, casi de panzazo, sin dejar de señalar que esa escuadra jugó con un hombre menos todo el segundo tiempo.
Los Tigres de la UANL tampoco se salvan de la quema. Visitaron al Real Esteli de Nicaragua con el que perdieron 1-0, para pegarles en el de vuelta 3-0, juegos en los que no pudo ocultar sus deficiencias, amén de los problemas internos que existen y que su entrenador Veljko Paulovi los ventiló “sin querer queriendo” cuando en una conferencia de prensa señaló que no todos sus jugadores se entregaban al cien por ciento.
La máquina de Cruz Azul no puede lanzar las campanas al vuelo por su aplastante triunfo global de 5-0 sobre el Real Hope, primero pegándoles en su propia casa 2-0 para rematarlos en CU con un 3-0. El Real es un equipo de Haití cuya calidad no alcanza el nivel de una tercera división en México.
Monterrey, al igual que Cruz Azul, se ensañó con el Forge FC de Canadá, franquicia que ha ganado cuatro títulos (dos bicampeonatos) en los últimos cinco años, pero que no enseñó absolutamente nada, prueba también de que el nivel del balompié canadiense a nivel club no es competitivo.
¿Por qué la Confederación del Caribe de Futbol permite ese tipo de eliminatorias? Muy simple: no hay más. Tampoco puede enfrentar a los “fuertes” contra los “fuertes” en una primera ronda, y nos da la impresión de que esa fase sirve solo para dar a conocer que existen esos conjuntos.
El torneo es una caricatura que no tiene razón de inmiscuir a “malos” contra “regulares”. Pero su fin, además de tener presencia en el mal llamado Mundial de Clubes, no es otra cosa más que lo económico, así sea con juegos de un espectáculo muy pobre.
Y precisamente por ganarle a equipos que no son tan exigentes futbolísticamente hablando, es porque la Liga MX no crece, no avanza, no suma calidad, excepto mantener para México una etiqueta del “Gigante de Concacaf” que en algunas ocasiones los han desmentido y desnudado.
