El hecho de que en la Plataforma Digital Netflix, la serie de la vida de Luis Miguel sea uno de los Top 10 nos dice que la nostalgia vende no importa si a los 80´s los evocas a través de la web.
Las series como Stranger Thing, la Temporada 3 de The Crown donde sale Diana de Gales y la serie alemana Dark, son tan sólo unos ejemplos de cómo la nostalgia puede llevar al éxito sobre las plataformas digitales.
Así en política, la nostalgia de glorias pasadas es lo que vende, ese es el aparato que se está montando sobre el sistema político, el enmontado que el Presidente López Obrador está haciendo es sobre las bases de un “neoliberalismo al ahí se va” y es que comprar la Refinería de Deer Park no me digan ustedes que es una transacción de una economía social, cerrada o mixta. Eso aquí y en china se llama economía de mercado: neoliberalismo pues.
La serie ochentera, Dallas, que trataba de la lucha de familias por el control del petróleo, en Houston, era un programa estadunidense que llegó en abonos y muy censurado a México en aquellos años, pintaba para que fuera una serie de las más vistas pero la SEGOB, creo de Bartlett, la censuró por que alguien dijo que los mexicanos iban a preguntarse ¿Qué ha pasado con nuestro dinero por ser dueños del petróleo? Y se podría crear una insurrección por que iban a querer tener a la CDMX como Houston e iban a querer ser como el temible JR, quien fue interpretado por el gran Larry Hagman.
Al final, el petróleo sigue siendo un tema de discusión en la agenda nacional, si Deer Park, si 2 Bocas, si las energías limpias, etc.
El voto de nostalgia tiene un gran nicho de mercado y es que lo hay.
En Sinaloa tan sólo l@s sinaloenses de 30 a 59 años son casi el 37% de la población, y los de 19 a 29 años es tan sólo el 19%, ya la mancha joven no es la más grande, los adultos mayores el 13%.
Los sinaloenses de 30 a 59 años son parte del voto de la nostalgia y los de 60 años y más todavía más votarán por las glorias pasadas.
Y es que en esta elección intermedia del 2021 hay algo que no teníamos desde los 80´s a un Presidente Caudillo y un Presidente caudillo se mete con todo y va con todo.
Desde López Portillo no teníamos a un Presidente caudillo… los caudillos se meten con todo y atacan con todo. Si no pregúntenle al Gobernador de Tamaulipas.
La gente va votar por la nostalgia, la nostalgia no es otra cosa que la pena por la lejanía de algo o de alguien ¿Y nostalgia a qué? La nostalgia a glorias pasadas, la nostalgia de que fuimos el granero de México y hoy aunque el maíz esté a buen precio la sequía solamente nos hace ver el túnel más oscuro y al próximo gobernador le va a tocar atender el gravísimo problema de la falta de agua.
La nostalgia a que antes alcanzaba y hoy ya no, aunque la democracia no haya podido hacer de mucho para que el “Refri” esté lleno, tal vez la gente tiene nostalgia del autoritarismo de aquel “Ogro Filantrópico” del que hablaba Octavio Paz que te daba y si lo cuestionabas te pegaba…
Houston ¡Tenemos un Caudillo! Y nadie lo entiende y allá con la gente, lo recibe bien, por que tenían nostalgia hace más de 30 años que no había un liderazgo carismático… ¿Se acuerdan como terminó? Casi en tragedia, con los bancos estatizados y una devaluación estrepitosa.
La nostalgia vende no importa si es una nostalgia autoritaria… con tal de que haya para comer… y eso la oposición no lo ha entendido.