El sábado pasado la selección mexicana de futbol empató a 2 goles contra el Valencia, un equipo español integrado en su mayoría con jugadores (casi todos) de segunda y tercera división. Como es costumbre, la prensa capitalina se encargó de reventar a jugadores, cuerpo técnico y directivos, con calificativos de mediocres y lo que sigue.
Pero tres días después, la misma selección derrotó a su coco de Concacaf, el equipo de Estados Unidos, y como es costumbre, los adjetivos calificativos cambiaron. Al término de ese juego, todos los jilgueros televisivos adularon durante la transmisión el desempeño del tricolor y continuaron con lo mismo en las barras de análisis en dos de los programas con más audiencia a nivel nacional.
Ganarles a los norteamericanos –también con grandes ausencias- un partido amistoso, fue saboreado –por la prensa capitalina- como si se hubiese tratado de una final de Copa del Mundo. La doble moral.
Alabaron además a jugadores que recientemente los hicieron pedazos acusándolos de bultos y estorbos, que no permiten el ascenso de novatos. Un claro ejemplo, el de Raúl Jiménez. Al ex delantero del América lo consideraron un jugador acabado después de aquella lesión en la cabeza que casi le cuesta la vida y que lo mantuvo alejado de las canchas mucho tiempo.
Hubo quienes no estuvieron de acuerdo en su convocatoria. Pero tras el soberbio gol que le hizo en tiro libre a los estadounidenses, Jiménez salió del estadio vitoreado por esos mismos medios, al grado de compararlo en un nivel –no sé si de estrella o de técnica- como de Cristiano Ronaldo y Messi.
Pero eso no es todo. Un analista y seguidor a muerte de las Chivas, comentó en sus redes sociales que Javier Aguirre ya puede dormir tranquilo y no preocuparse de quien puede ser su centro delantero titular en la Copa del Mundo, porque Raúl Jiménez ya está donde todos lo querían ver y que, además, contaba con el “Chaquito” Jiménez, a quien le estuvieron tundiendo duro y tupido tras sus efímeras actuaciones en partidos previos con la selección.
Las críticas llegan, pero de un plumazo también desaparecen, como por arte de magia. El gol de Jiménez resultó una varita mágica, porque también borró todos los comentarios negativos a su desempeño.
Esa opinión que tienen del tricolor luego de su victoria sobre Estados Unidos, no durará mucho. Bastará otro desempeño mediocre para que los vuelvan a apedrear, muy al estilo de todos esos medios,
Pero la afición tiene otro concepto del equipo. Lo vimos con las grandes ausencias en las gradas allá en Puebla. Y aunque en Guadalajara la asistencia mejoró, no debemos dejar por un lado que, recién iniciado el encuentro amistoso, los organizadores se vieron obligados a dejar las puertas abiertas de par en par, evitando así de nuevo el rechazo del público.
Hubo afición que entró al estadio de las Chivas, así fuera nada más para utilizar sus baños.
