Como si estuviéramos para bromas, leí con sorpresa que el Partido Republicano pondría una sucursal en México. Parece mentira, pero es verdad; bueno en realidad no se trata exactamente de una franquicia del partido del que se adueñó Donald Trump, sino más bien de una mala copia que un grupo de “yunquistas” quieren formar para tener espacio de participación electoral en 2027.
El “yunque” era aquella organización secreta, mística y misteriosa que cobró relevancia con el acceso al poder cuando tomó por asalto el PAN por los años 2005 al 2015, personajes que buscaban -según ellos- “Hacer la voluntad de Dios en la tierra, teniendo como herramienta la política, la moral y las buenas costumbres cristianas”. Este grupo de meones de agua vendita, se incrustaron en las altas cúpulas del PAN en sus buenos tiempos, tomaron posiciones estratégicas en el gobierno federal de Fox y Calderón, pero también lograron entrar en administraciones estatales en Jalisco, Guanajuato, Querétaro y Nuevo León.
¿Recuerda usted al gobernador “mienta madres” Emilio González Márquez del Estado de Jalisco? Pues era uno de ellos junto a Manuel Espino, Carlos Abascal, Fernando Guzmán Pérez Peláez y otros. De aquellos lodos estos polvos, ahora Juan Iván Peña Neder es el presidente nacional de la agrupación política que pretende convertirse en partido político nacional este año, según ha notificado al INE.
No será fácil lograr la misión de formar un partido político en México. Los interesados deben realizar al menos 20 asambleas en donde participen más de 3,000 personas en cada una de ellas y se afilien, es decir, estén de acuerdo en dar sus datos y autorización para formar parte del pretendido Partido Republicano Mexicano o PRM. Las asambleas deben organizarse en 20 entidades de la república o bien en 200 distritos electorales de los 300 que hay en el país. Es decir, requieren aproximadamente 256,000 firmas a lo largo y ancho del territorio nacional.
Formar partidos políticos no es cualquier cosa, se requiere una estructura social amplia que solo algunos sindicatos, organizaciones o iglesias pueden tener. Se requiere además; dinero, mucho dinero para organizar, estructurar, movilizar y empadronar a los constituyentes. El financiamiento de los nuevos partidos siempre va ligado a instituciones con poder económico o político.
Pareciera que un partido ultraconservador, antiliberalista, de extrema derecha y radical no podría ser del agrado del gobierno en turno. Pero para sorpresa de este columnista me encontré en la página oficial con el siguiente comunicado: “Desde México Republicano, celebramos las declaraciones de la presidenta de Morena, Luisa María Alcalde, en las que reconoce y respalda la libertad para la conformación de nuevas fuerzas políticas. La pluralidad y el diálogo son pilares fundamentales de toda democracia sólida y madura, y su postura refuerza el camino hacia una participación más amplia y representativa en la vida política del país”.
No se necesita mucha “sesera” para darse cuenta que desde Morena no ven con malos ojos esta nueva aventura de los “yunque boys”, se trata de la forma perfecta de mantener dividida y polarizada a la oposición. Un golpe al PRI, pero sobre todo al PAN, que ha dejado la derecha para navegar cómodamente al centro. Ante la falta de liderazgos y de discursos diferenciadores, cualquier postura de derecha llegará a ocupar un espacio vacío en el espectro político nacional.
Ahora bien, el presidencialismo mexicano tiene una larga historia al fomentar partidos satélites. Supuestamente contrarios al interés del poder en turno, pero funcionales para el reparto de los espacios de la oposición, el Partido del Trabajo nace como un partido de izquierda bajo el manto, cobijo y dirección del PRI de principios de los 90`s. Lo mismo que el PVEM y el partido Convergencia hoy Movimiento Ciudadano.
Ese mismo fin parece tener este intento de partido político, podría tratarse de un nuevo satélite puesto en órbita en los tiempos estelares de la cuarta transformación. Si logran la meta de afiliación y no sabemos de dónde vinieron los recursos, la respuesta estará en la historia que obligadamente está por repetirse. Mientras tanto les deseo un excelente inicio de año amables lectores, regresamos a este espacio semanal con energías renovadas y las pilas bien puestas. Espero sinceramente que este 2025 sea para ustedes un año de salud, prosperidad y aprendizaje. Luego le seguimos…