Josh Lowey y Edgar González están compitiendo por algo más que ser campeones con sus respectivos equipos. Ambos están convertidos en lanzadores fuera de serie este verano en la Liga Mexicana de Beisbol con records inmaculados de 8-0 después de la jornada del viernes.
De Lowey no es extraño verlo alcanzar como mínimo ese número de triunfos, mientras que González vino de más a menos desde que sumó un doble dígito en el 2016 con Sultanes de Monterrey al terminar con récord de 10-2. El año pasado el regiomontano sufrió para obtener su primer triunfo. Tuvieron que pasar prácticamente dos meses para ponerle cifras al casillero de victorias.
Lowey en cambio tiene tres años con 13 o más victorias que lo convierten en el pitcher más redituable no solo del club sino de toda la Liga.
Paradójicamente con una pelota más volátil que el peso ante el dólar, registrar ese número de triunfos en una campaña donde el bateo ha sido el común denominador tiene su mérito. Y es que el brazo de Lowey parece estar hecho para todo tipo de inconvenientes, no así el de González que precisamente por lo poco que mostró en el 2018 y el invierno con Culiacán obligó a este club a colocarlo en la lista del draft de expansión donde lo pescó Monterrey.
Tal vez el único inconveniente es que, pese a su impresionante récord, ninguno aparece entre los diez primeros de efectividad. Pero, ¿acaso importa eso a Sultanes y Acereros? Es cierto que los lanzadores se miden no por sus triunfos sino por el porcentaje de carreras limpias admitidas. Esa es la llave para exigir un aumento de sueldo en la siguiente campaña.
Pero en este momento el romance que tanto Lowey como González viven con las victorias que permiten a sus equipos estar en lo más alto del standing, es más apreciado por sus aficionados, directivos y cuerpo técnico.
Los dos han tenido el respaldo de sus ofensivas hasta para salir de los hoyos en que han caído en ciertos encuentros. Lowey tiene un 3.91 de efectividad –dentro de los parámetros- con 23 carreras admitidas (todas limpias), en tanto que González registra un 4.02 con 22 anotaciones en contra y solamente una sucia.
La última vez que alguien ganó 13 juegos en una temporada fue Lowey. Pero si nos remontamos a tiempo más atrás, tendríamos que estacionarnos en el 2001 cuando Ravelo Manzanillo (Leones de Yucatán) logró 16 victorias, una cifra que tanto Josh como Edgar pudieran superar si mantienen ese ritmo, a falta de 77 partidos para que concluya la temporada regular.
Soñar con que algún día alguien consiga igualar la marca de 22 triunfos en un año de Martín Dihigo en 1942 y que empató Salvador Sánchez en 1969 es una utopía.
POSICIONES. Si bien el “Alcalde” Lowey no está en el top ten de efectividad, el norteamericano de 34 años figura entre los cinco primeros de algunos departamentos. Por ejemplo, es el tercero mejor en ponches (55) y cuarto en innings lanzados (53), cuarto en WHIP (1.17).
Lowey llegó al beisbol mexicano en el 2014 y los Tomateros de Culiacán lo firmaron al año siguiente. Josh jugó el invierno del 2015-2016 pero no tuvo un desempeño como el que actualmente vive. Ganó apenas dos juegos y perdió cuatro en nueve apariciones. La directiva Guinda lo reclamó para la siguiente campaña, pero Lowey decidió tomar otros horizontes.
Si decide jugar el próximo invierno tendrá más tiradores que los patos en un día de cacería. Y quien obtenga sus servicios se habrá llevado un elemento que es sinónimo de garantía en victorias.