El Partido Sinaloense (PAS) será un factor muy importante en Sinaloa en el proceso electoral de 2021.
Es el partido que indudablemente más trabaja durante todo el año, haya o no elecciones, con las críticas que se le puedan hacer por las formas en que dicen logra esa hiperactividad.
El hecho de tener una línea de dirección vertical es determinante para reducir riesgos de desbandadas por toma de decisiones diversas, como la designación de candidatos y establecimiento de alianzas. Se hace lo que dice Héctor Melesio Cuén, y todos lo acatan.
Fundado en 2012, en su primera participación, en el proceso local de 2013 el PAS alcanzó casi los 90 mil votos, el 7.8 porciento, en la elección de alcaldes y 124 mil en la de diputados de mayoría relativa, el 13.5 porciento.
En 2016 Héctor Melesio Cuén Ojeda como su candidato a gobernador logró 249 mil 652 sufragios, el 24.35 porciento de la votación total.
En esa elección el PAS ganó tres presidencias municipales y seis escaños en el Congreso del Estado.
El 2018 le fue electoralmente fatal como todos los partidos tras el arrastre de Morena en la entidad, pero aun así le alcanzó para dos diputaciones y una alcaldía.
Pese a todo se ve muy difícil que el PAS solo puede alcanzar la gubernatura y una buena cantidad de alcaldías y escaños en el Congreso del Estado el año próximo, pero su fuerza electoral resulta muy atractiva para el establecimiento de alianzas.
No por nada los coqueteos que se están dando desde ya con diferentes partidos con miras a llevarlo como aliado.
Ningún partido solo cuenta con la fuerza suficiente para asegurar victorias.
Héctor Melesio Cuén sabe muy bien lo que tiene y cualquier alianza la va a vender bastante cara.