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El dolor que nunca se va: la vida después de perder a un hijo

La muerte de un hijo es una de las experiencias más dolorosas que puede vivir una persona. El dolor que implica esta pérdida conlleva un proceso...

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La muerte de un hijo es una de las experiencias más dolorosas que puede vivir una persona.

El dolor que implica esta pérdida conlleva un proceso de duelo que, si no es tratado adecuadamente, puede durar toda la vida. Y aunque es importante tener en cuenta que el dolor no desaparecerá, si es posible aprender a sobrellevarlo.

Ante un evento de esta naturaleza es normal sentir una gran cantidad de emociones como tristeza, ira, culpa, desesperación y soledad. Sin embargo, es importante saber que poder sentir todas estas emociones es normal y hasta sano.

Tener espacios y momentos en donde podamos tener el apoyo de amigos y familiares es de mucha ayuda, y en caso de ser necesario tener el acompañamiento de un profesional de la salud emocional puede ser muy útil para aprender a procesar la experiencia.

Vivir la muerte de un hijo significa enfrentarnos a una pérdida continua y permanente por el resto de la vida que se revive en cada momento, lugar, persona y circunstancia. Es vivir todos los días el recuerdo de una realidad que ya no será.

Cada persona vive el proceso de duelo de una manera diferente y no hay forma correcta o incorrecta de hacerlo. Lo importante aquí, es permitirse sentir las emociones y vivir la experiencia por dura que sea para poder alcanzar la aceptación en algún momento y si pudiera compartir contigo cinco puntos que pueden ayudar en este caso serían:

  1. Permitirse sentir y trabajar las emociones que surgen tras la pérdida.
  2. Buscar apoyo en amigos, familiares o grupos de ayuda.
  3. Cuidar de uno mismo, tanto física como emocionalmente.
  4. Recordar y honrar al hijo fallecido, por ejemplo, a través de rituales o actividades que le gustaban.
  5. Ser paciente consigo mismo y no tener prisa por superar el duelo, cada persona tiene su ritmo.

En conclusión, la muerte de un hijo es una de las experiencias más dolorosas e inimaginables que cualquier padre o madre puede enfrentar. No hay una forma única de superar el dolor y el vacío que deja la pérdida, pero existen recursos y herramientas que pueden ayudar a transitar el camino del duelo. Aceptar la pérdida y aprender a vivir con el dolor es un proceso difícil, pero es posible encontrar un camino hacia la paz y la aceptación.

Te agradezco cualquier comentario acerca de esta columna y si crees necesitar acompañamiento psicológico profesional con respecto a este tema o conoces a alguien que lo necesite, contáctame a través de este link: https://heylink.me/JUANJOSEDIAZ

Gracias, te dejo un abrazo.

Fuente: Internet

Fotografía de perfil de Juan José Díaz Iribe

Juan José Díaz Iribe

Columnista

Juan José Díaz Iribe

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