En Culiacán hay 85 notarías públicas.
Según información recabada en Registro Público, dos notarios tienen el monopolio. Escrituran entre los dos, el 60% de las operaciones.
El resto de los 83 notarios se reparte el 40%. Vaya que es notable la desproporción.
Uno de los notarios que tiene el monopolio, controla a casi todos los bancos y a las constructoras.
Si un cliente solicita un crédito o una constructora le quiere vender una casa, debe escriturar con él.
El otro notario, controla un fraccionamiento de lujo que está ubicado al sur de la ciudad. Este notario escritura el 100 por ciento de las ventas.
Si un particular compra un terreno en ese fraccionamiento de lujo, no puede contratar a su notario. El fraccionamiento lo obliga a que escriture con el notario de la empresa y que tiene la exclusividad con ellos.
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Esta práctica abusiva, desde luego que afecta a los particulares. La mayoría de ellos se han quejado y el fraccionamiento los amenaza con no venderles el terreno.
No pueden acudir al notario de su confianza. Después de escriturar se retiran frustrados.
Hay una ley federal que impide el monopolio en varias actividades económicas.
En Sinaloa no tenemos esa regulación, por tratarse de actividad notarial, que es una materia de carácter estatal.
Que bueno sería que los diputados del Congreso del Estado intervinieran en este grave problema ¡Ya es hora!
Si lo hacen estarían defendiendo al pueblo y a los ciudadanos que, con su voto, los colocaron en el lugar en el que están.
