Los Tomateros dieron un golpe de timón ganando los dos partidos en Los Mochis, cuando los pronósticos no le favorecían del todo en este arranque del playoff. El batacazo dado en el “Emilio Ibarra Almada” vino a reconfirmar dos cosas: que los verdes no son tan invencibles como se piensa y que definitivamente los Guindas suelen jugar mejor lejos de su gente.
Cuando se definieron las llaves surgieron voces que colocaban a Culiacán en calidad de víctimas, sobre todo porque los Cañeros ya le tenían bien tomada la medida. Pero la realidad ha sido otra. Alfredo Amézaga y su tropa ganaron un primer encuentro sin la presencia de sus dos nuevas caras –los venezolanos contratados el domingo- en el orden al bat. Repitieron la dosis en el segundo ya con ambos en el campo.
El bateo oportuno ha sido clave, pero yo le daría más mérito al pitcheo abridor y de relevo. Con todo y aquel incidente de Manny Barreda con el timonel cuando le aplicó la grúa, y más tarde la soberbia actuación de José Luis Bravo, se fortalece nuestra apreciación de que los lanzadores han cargado con todo el peso del equipo para llegar a estas instancias.
Los Cañeros han adolecido de su mejor arma que es el bateo, sin omitir obviamente que su mejor lanzador (Nick Struck) falló de manera estrepitosa en el arranque de esta eliminatoria. El equipo verde solo ha podido timbrar dos carreras y conectado nueve hits en 18 episodios. Esa había sido su fortaleza a lo largo del campeonato. Esos cañones ahora fueron silenciados.
El panorama que nos imaginamos cuando la serie regresara a la cueva de Tomateros ahora es otro muy distinto. Con esa ventaja de 2-0 y la moral por las nubes con las ocho victorias consecutivas –su mejor racha del certamen- se puede creer y soñar que esta eliminatoria se decide en la capital sinaloense.
Pero el beisbol es muy impredecible. Mejor habrá que esperar.
PAREJOS. Y si hubo quienes pensaron que Culiacán no tenía muchas posibilidades de traerse al menos un triunfo de Los Mochis, imagínense qué habrá pasado por la cabeza de los seguidores de Navojoa a quien le tocó bailar con una de las más feas.
Los Mayos, cuya segunda vuelta la patentaron como una de las peores en la historia del club, sacaron la casta y también un triunfo de Hermosillo para regresar a casa con la serie pareja. Y aunque los Naranjeros siguen siendo favoritos para ganar esta llave, creo que con las incorporaciones que la tribu hizo en el último día de altas y bajas le cambiará la cara y la fisonomía a ese conjunto.
Cuestión de esperar.
La serie entre Charros y Venados la consideramos la más pareja y no ha desentonado. Pero en Guasave, los Algodoneros continúan tan fuertes y sólidos como desde el arranque de campaña, y se colocaron adelante en la serie contra unos Águilas que parecen no tener más pólvora como para seguir dando guerra después de esta ronda.
