Lo sucedido el lunes entre Manny Barreda y el mánager Alfredo Amézaga pudiera considerarse como un punto de referencia a problemas de vestidor. Pero yo lo descartaría por la forma como cerró Tomateros la segunda vuelta, ganando por barrida sus últimas dos series, curiosamente contra los dos equipos que terminarían siendo eliminados.
Barreda fue duramente criticado en las redes sociales, pero también hubo quien se puso en sus zapatos, considerando que a la falta de un out para aspirar al triunfo era importante darle esa confianza y sacar la entrada.
¿Que fue un acto de indisciplina? Tal vez. ¿Que fue una falta de respeto hacia su manager arrojándole a los pies la esférica? ¡Apuesto más por eso!
Manny realizó un gran trabajo, con exceso de lanzamientos en pocos innings a los que nos tiene acostumbrados, pero lo sentí molesto por las decisiones del ampáyer y también en aquel momento en que solicitó una herramienta para atenderse un problema en una de sus uñas. Al menos eso fue lo que interpretamos. Su cabeza se convirtió en una olla de presión cuando se metió en problemas en ese quinto inning, para explotar enseguida al ver que su timonel iba a aplicarle la grúa.
Al final del encuentro que terminaron ganando los guindas a Los Mochis, hubo una reunión grupal y al parecer fumaron la pipa de la paz, luego de que el presidente del Club, Héctor Ley, así como el gerente deportivo Francisco Campos, hablaron con los protagonistas de este incidente y todos los jugadores.
Aparentemente Manny ya había tenido algún problema interno. Dicen que encaró a Emmanuel Ávila en el dugout aquella noche cuando este último provocó que las bancas se vaciaran al molestarse por la forma como festejó el pitcher de los Charros, Josh Green, aquel ponche contra el antesalista guinda. Es algo que no me consta, pero que se manejó en los pasillos.
BAJA. Los Mayos tuvieron una segunda vuelta de gatos negros. Fueron el peor equipo de esa ronda y clasificaron gracias a los 9 puntos alcanzados en el primer giro. Con los dedos de ambas manos, y sobraban, se contaron los triunfos alcanzados.
La mala racha no los ha abandonado. Comenzaron el playoff cayendo con los Naranjeros de Hermosillo, cuya fase la comenzaron a jugar con la ausencia de uno de sus mejores hombres a la ofensiva, el jardinero Tirso Ornelas, a quien los Padres de San Diego ordenaron meter el freno de mano a su carrera, al menos en esta agonizante campaña.
Ornelas venía siendo lo más rescatable de la apagada ofensiva sonorense en este torneo. Su ausencia reducirá las posibilidades de continuar avanzando a la tribu, cuyo camino parece estar sentenciado a esta serie por muchas razones, entre ellas que le tocó enfrentar a uno de los equipos más fuertes y favoritos al título.