Feliz año para todos, con el deseo de que este 2025 sea más próspero en todos los aspectos, principalmente en salud.
Pero vayamos a lo nuestro. Concluyó la temporada regular de la Mex-Pac en su edición 2024-25 y comenzaron los siempre interesantes playoffs. Algunos dicen que es otro beisbol esa etapa y tal vez tengan mucha razón. Los equipos juegan diferente, con la misma pasión, pero unos con más enjundia que otros.
Y lo vimos el miércoles en el primer encuentro de la serie eliminatoria pactada a ganar cuatro de siete, con los Yaquis de Obregón y Águilas de Mexicali poniéndose en ventaja sobre quien, en apariencia, son fuertes candidatos a avanzar a las semifinales. Digamos que fueron las sorpresas de la jornada. Doblegaron a Naranjeros –el actual campeón– y Charros, respectivamente, asestando un importante golpe de autoridad al hacerlo de visita.
El superlíder Culiacán sufrió para para imponerse sobre los Venados mientras que Cañeros simplemente tuvo una noche de práctica ofensiva aplastando 10-0 a los Algodoneros. Mazatlán siempre se le ha complicado a los Tomateros, no hay que olvidarlo, en tanto que Guasave parece haber perdido la brújula pese a cerrar el calendario regular con una barrida sobre el alicaído Navojoa.
La victoria de Obregón fue sufrida, apenas con un 2-1. El mismo drama se vivió en Jalisco, donde los Charros estuvieron a punto de una remontada fantástica. Perdían por 6 carreras hasta la séptima entrada y se les complicó el último tramo.
Pero con sus triunfos, Yaquis y Águilas no pueden ni deben lanzar las campanas al aire. Hermosillo y Jalisco son dos planteles muy completos y por ende considerados más que favoritos para estar en la siguiente ronda. Me atrevo a asegurar que, antes de que concluyera la primera etapa, muchos los consideraban, o consideran todavía, como potenciales finalistas.
Tal vez no estén muy errados. Pero con ese poder ofensivo que Los Mochis enseñó ante Guasave, haciéndose más fuerte con las incorporaciones que tuvieron para el playoff, no debemos descartarlos. Los verdes tienen muchas cartas para pelear y no será nada fácil sacarles resultados.
Culiacán derrotó 3-2 a los porteños, pero necesitó del batazo estelar –un cuadrangular de Efrén Navarro– para dejar tendidos a los Venados, que con excepción de aquella quinta entrada en la que vinieron de atrás para empatar la pizarra 2-2, muy poco pudieron hacerle al pitcheo guinda, sobre todo contra el experimentado Manny Barreda que los amarró en un hit durante los primeros cuatro innings.
