¿Son estos Dodgers la mejor versión de la franquicia en los últimos veinte años? Algunos consideran que sí y otros que no. Lo cierto es que, con tremendo plantel, no ganar la Serie Mundial sería el peor de los fracasos en toda su historia, porque fue armado precisamente para llevarse todas las canicas.
Esta escuadra se colocó en un palco exclusivo desde que incorporaron al pelotero más codiciado en la temporada muerta: el japonés Shohei Othani. La presencia de este elemento en su orden al bat les dio por default la etiqueta de gran favorito a la corona, un camino que están construyendo poco a poco.
En los primeros 40 juegos de la temporada están transitando por esa ruta marca y, nada raro sería, verlos conseguir su boleto a postemporada con demasiada anticipación. En esa consigna juega también un papel preponderante la inconsistencia de quienes luchan a su lado en el mismo grupo. San Diego, Arizona y San Francisco, parecen no estar en el nivel como para una carrera parejera.
Padres y Diamondbacks amanecieron el viernes a siete juegos de distancia de Los Angeles. Esa irregularidad le ha beneficiado a los Dodgers.
Los Rockies parecen no contar. Esta franquicia ha sido borrada desde hace años, diríamos que desde que desaparecieron los Galarraga, Castilla y compañía. Aquel equipo estaba compuesto por auténticos cañoneros que causaban pánico a los lanzadores. Hoy solo el recuerdo queda.
Othani formando una línea ofensiva con Mookie Betts, Freddie Freeman, Will Smith, Max Muncy y compañía, tienen ilusionados a miles de fanáticos de Los Angeles que sueñan con otro campeonato de serie mundial sin tener que volver a esperar otros 32 años como sucedió la última vez. Pero, repito, con el simple hecho de no levantar ese trofeo, todo lo que hayan hecho en una campaña de 162 juegos será historia, se habrá ido a la basura y tal vez hasta cobre factura a su manager Dave Roberts, quien ha estado en el ojo del huracán en los últimos años, con todo y su campeonato del 2020.
Con esa ofensiva, estos Dodgers están escribiendo una historia diferente, en la que podrían ir perdiendo un juego por amplio margen, y en un parpadeo lo transforman a su favor.
Pero el papel de super equipo no está del todo justificado sobre el campo de juego. Otros equipos están jugando para mejor porcentaje en ganados y perdidos que ellos, cuando deberían ser precisamente los Dodgers quienes dominen ese renglón, por todo lo explicado anteriormente.
En esa carrera los Yankees, Orioles, Cleveland, Filis y Atlanta, pueden presumir que, sin muchos reflectores, están haciendo mejor papel que el cuadro angelino.
