Resulta obvio que, con tanto extranjero, “pochos” y nacionalizados en los rosters de los equipos de Liga (dizque) Mexicana de Beisbol, la presencia de nativos para el Juego de Estrellas de esta campaña sea hasta “microscópica”.
Ambas zonas (Norte y Sur), pusieron sobre la mesa una lista de convocados en la que predominan los no nacidos en México, y apenas una docena de jugadores aztecas elegidos de manera escrupulosa dentro de una canasta poco surtida más por nombres que por talento.
El All Star que no a muchos llama la atención, será una fiesta a la que el público mexicano asistirá para aplaudir y vitorear a elementos –en su mayoría con poca identificación y una mínima comunión.
Dada las circunstancias, existe la posibilidad de que en algún momento del juego sobre el diamante aparecerán 20 extranjeros, mientras que los pocos mexicanos convocados serán simples espectadores.
Si bien es cierto existe una regla no escrita de que todos deben aparecer al menos con un turno o una entrada, terminará imponiéndose el éxodo de no nacidos en nuestro país.
Tal vez eso sea lo que menos le importe a la Liga y los clubes, quienes al tomar esta medida de más extranjeros que mexicanos, “pensaron” que el espectáculo para el cual invierten y arriesgan su dinero está precisamente en el foráneo, aspi tuviera que adelgazar el cupo de nativos en todos sus rosters.
Los doce convocados son unos privilegiados, aunque es importante aclarar que el Juego de Estrellas no es tan atractivo ni tampoco una ventana que busque el jugador. Aquí estarán más elementos que ya vieron pasar sus mejores años, otros que están listos para el retiro y otros tantos que quieren saborear un partido de esa naturaleza.
Los jóvenes prospectos locales deberán esperar, y no precisamente una oportunidad sino el milagro de que en el futuro la Liga vuelva a la normalidad recobrando su esencia.
Mire usted, por la Zona Sur estarán Juan Kirk, Juan Carlos Gamboa, Ángel Erro, Julián Ornelas, Fernando Salas, David Reyes, Esteban Bloch y Juan Cosio, bajo la tutela de Sergio Omar Gastélum, cuyo derecho le fue respetado como manager campeón de la última campaña.
Y en la Norte, en cuya zona es más fácil encontrar un diamante en el desierto que un buen número de mexicanos dispersados en todos los rosters, aparecen Roberto Valenzuela, Ramiro Peña, Fernando Villegas, Ariel Gracia, y párele de contar. Dos de ellos (Valenzuela y Peña) provienen de un mismo equipo; los Sultanes de Monterrey. ¿Del resto?, como dijera el personaje de Héctor Suárez en aquella serie de televisión “Qué nos Pasa”: “No hay”, “No hay”.