Habemus clásico nacional, y será triple. En los próximos siete días América y Chivas se enfrentarán para dirimir un pase a la siguiente ronda de la Concachampions y por tres puntos (en la Liga MX) que son de vital importancia para los tapatíos en la búsqueda de su clasificación.
Las expectativas en torno a estos encuentros siempre son muy grandes, aun y cuando alguno de los protagonistas no transite por una regularidad. Y lo digo por el rebaño, cuya campaña en el Clausura 2025 no ha sido del tamaño del equipo, al sumergirse en una crisis que ya costó la cabeza del técnico español Oscar García, ese que anunciaron con bombo y platillo por proceder de una de las ligas más importantes del planeta.
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El América atraviesa por un gran momento. Es sublíder del torneo y apenas ha sufrido un tropezón. Los especialistas lo señalan como gran favorito, pero hay que recordar una cosa: en estos clásicos, los conjuntos se transforman, por muy pésimo que sea su temporada. Aquí se juega el honor y el orgullo; ese es el principal ingrediente.
Además, las Águilas tienen sed de venganza. Recordemos que en el 2023 el Guadalajara los eliminó en la antesala de la final. Y esa herida todavía no cicatriza.
Las Chivas podrán tener una campaña irregular, pero ante el odiado rival se crecen. Lo mismo sucede en el América. Por eso, estos tres encuentros serán muy relevantes. Solo falta que los protagonistas cumplan con un gran espectáculo.
Aquellos que aseguran que si el Guadalajara logra dejar fuera de este torneo regional a las Águilas salvarían la mala temporada que están teniendo, siento que están equivocados. Un equipo grande no debe ser conformista porque está confeccionado para ganarlo todo y ser competitivo.
Al América no le bastará con borrar del mapa al odiado rival. Ellos saben que sus metas van más allá de estas confrontaciones. Buscan un tetracampeonato que sería histórico, pero, además, llegar a ese Mundial de Clubes que no solo ellos sueñan con ganar.
¿Quién ganará? Habremos de esperar una semana para saberlo, porque el de este miércoles será apenas el juego de ida, mientras que el partido del sábado –ambos a celebrarse en cada del rebaño- será para otra historia.
El Guadalajara le hará frente a estos compromisos con un nuevo técnico, el sinaloense Gerardo Espinoza. Será el primer entrenador nacido en estas tierras en dirigir a uno de los dos equipos más importantes de México. La responsabilidad y el reto para el paisano es grande, pero las oportunidades lo son más.
