El “Bandera Roja o “Monstruo Mexicano” como lo bautizó Mike Tyson, David Benavidez, confirmó estar en el camino de Saúl Álvarez para una eventual pelea que el Consejo Mundial de Boxeo ya la ha considerado como obligatoria, a menos que el tapatío pretenda sacarle la vuelta como muchos creen que eso pudiera suceder.
Benavidez no defraudó al CMB con su impresionante y categórica victoria sobre Demetius Andrade el pasado fin de semana, e inmediatamente alzó la voz reclamando un derecho que le pertenece por legitimidad y que el mundo entero sabe después de que Mauricio Sulaimán lo anunciara durante la convención del organismo celebrada en tierras árabes.
Después de su triunfo claro e inobjetable, el público se comenzó a frotar las manos la misma noche del sábado porque creen –como muchos- que ahora sí el mexicano estará ante un adversario de alto nivel –después de Mayweather y Bivol, curiosamente sus únicos dos verdugos- y con el cual no podrá exigir sus famosas cláusulas que le permiten sacar ventaja de esas confrontaciones.
La “grandeza” de Álvarez siempre ha estado salpicada de la duda y en entredichos, evitando además a rivales peligrosos como Benavidez. Pero a raíz de su último triunfo ante un diezmado Jermell Charlo, a quien lo obligó a firmar un contrato con muchas imposiciones que beneficiaban al mexicano, la misma afición y medios comenzaron a exigirle encuentros con adversarios de la calidad y categoría de Benavidez.
Sulaimán aprobó esa petición de las mayorías señalando que David es el retador oficial, algo que seguramente Saúl no vio con buenos ojos.
La forma como David derrotó a Andrade levantó de inmediato muchas voces y pronósticos. Casi todos coinciden en que Benavidez habrá de noquear al tapatío, pero otros consideran que ambos pudieran terminar de pie después de un combate que podría cumplir con todas las expectativas que ya se han creado alrededor de ese posible choque.
Álvarez tiene sobre la mesa la posibilidad de alcanzar una de las bolsas más jugosas de su carrera, pero ¿en realidad querrá aceptarla? Las indiferencias que le ha manifestado al Consejo Mundial de Boxeo y a su presidente Mauricio Sulaimán podría llevar todo esto a otro final inesperado: renunciar al título super medio para salir del camino de David.
Si Álvarez decide dar ese paso, ganará más detractores de los que ya suma. Todos sabemos que la gran mayoría cuestiona sus victorias y eludir un compromiso de esta naturaleza lo dejaría en evidencia.
