Terminó la primera vuelta de la temporada 2023-24 y solo queda el recuento de los daños para unos y de los logros para otros. Ahora es ponerlos sobre la mesa para el análisis, y buscar soluciones a los problemas que tuvieron aquellos que concluyeron en los últimos lugares, conscientes de que tienen que actuar ¡ya!, so pena de convertirse en espectadores durante enero.
Luego de 35 jornadas, hay que hablar de lo sucedido, pero también de un borrón y cuenta nueva.
Guasave terminó con la máxima puntuación, ante el gran papel que ha desempeñado por primera vez como franquicia de retorno a la pelota invernal en un giro inicial, sitio al que se aferró desde el momento mismo que le ganó los dos choques inaugurales a los Tomateros. Sobre el camino tuvieron algunos inconvenientes, como la pérdida prolongada de su aporreador Jesse Castillo, pero sin que eso influyera.
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Navojoa sumó nueve puntos como segundo lugar, que bien pudo haber sido de siete, gracias al desplome que tuvieron los Cañeros en las últimas tres series y a las derrotas de los verdes y Tomateros el jueves. Matías Carrillo y su tribu están para muchas cosas. Con el boleto a postemporada en manos, ahora solo es cuestión de afinar detalles y aceitar esa maquinaria.
Culiacán ha sido la sorpresa por la posición alcanzada tras un arranque flojo en el que enfrentar a Guasave cinco veces en las dos primeras semanas tuvo un alto costo. Transitó por los últimos lugares hasta que el equipo se engranó con ese ascenso en el que la dupla José Luis Bravo y Víctor Castañeda asumieron el papel de el “Pípila” echándose a sus espaldas una pesada loza.
Los Mochis se levantó del frío sótano con la llegada de aquellos jugadores que prestó para los Juegos Panamericanos, y el despertar de una ofensiva que empezó floja. El equipo se engranó tanto que daba la impresión de arrebatarles el primer lugar a los Algodoneros. Sin embargo, entraron en una mala racha a la hora menos esperada y por allí se les fue una mejor puntuación que las 7 unidades alcanzadas al final de cuentas.
Mazatlán navegaba a buen ritmo antes de entrar en una mala racha que amenazó con hundirlos por completo. De un segundo lugar de pronto se desplomaron merced a aquellas ocho derrotas consecutivas que prendieron los focos rojos y que le provocó pesadillas a su manager Luis Carlos Rivera. El quinto lugar y seis puntos no son nada malos, pero tenían para más.
Hermosillo fue la gran decepción al menos en esta primera vuelta. El multicampeón batalló sumar triunfos, y de no ser porque Charros y Sultanes se agarraron de la mano como los peores equipos, estaríamos hablando de que hubieran terminado en último lugar y que Juan Gabriel Castro ya estaría en su casa preparando la cena de navidad y a la espera de Santa Claus.
Pero el que sí estará sentado en la mesa saboreando un rico pavo en la Noche Buena es Gerardo Álvarez, el timonel que fue cesado de los Yaquis y sustituido por Sergio Omar Gastélum. Su cabeza fue la primera en rodar tras arrastrar a la tribu a una mala campaña en la que terminaron octavos con 4.5 puntos. Ciudad Obregón tendrá una tarea complicada para la segunda parte.
Mexicali siempre estuvo a media tabla y el final nunca desentonó. Fue séptimo, alcanzó 5 puntos y por el momento el recién entronizado al Salón de la Fama, Roberto Vizcarra, sigue teniendo chamba. El récord negativo de 17-18 en ganados y perdidos no fue bueno, pero tampoco es malo conociendo sus limitaciones.
¡Ay Jalisco, no te rajes! Esos Charros dieron tumbos el invierno pasado y parecen haberse acostumbrado. No han despertado de aquel mal sueño y tendrán que agradecerle a Mexicali el no haber terminado en último lugar, por el triunfo de los emplumados sobre Monterrey en la última jornada, en la que, por cierto, ya no dirigió Gil Velázquez, que, si bien no es el único culpable de tan pobre campaña, es más fácil cortar una cabeza que 30.
Monterrey parece haber llegado a la Mex-Pac con otra misión que no sea la de aspirar a un título. De nuevo transitaron en los últimos lugares aún con un timonel de etiqueta como Vinicio Castilla a quien nadie le garantiza su continuidad una vez iniciada la segunda vuelta. Los Sultanes, junto con Charros, son los más obligados a mejorar, o de lo contrario se quedarán como espectadores en postemporada.