Durante el sexenio pasado nos vendieron la idea que la seguridad se combatía atendiendo las causas. Convirtieron en una frase robotizada “Estamos atendiendo las causas” cada vez que alguien preguntaba las razones por las cuales la violencia no se detenía en el país. Estoy de acuerdo en atender las causas; sin embargo, la forma en que lo hizo el gobierno fracasó miserablemente. Convirtieron las causas en un mero reparto de dinero y los resultados saltan a la vista.
Según datos de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) y el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), entre enero de 2019 y diciembre de 2023, se registraron 12,368 asesinatos de menores de edad (de 0 a 17 años) durante la administración de Andrés Manuel López Obrador, que comenzó en diciembre de 2018. Esta cifra incluye homicidios dolosos y feminicidios, y equivale a un promedio de aproximadamente 6.7 menores asesinados por día en ese periodo.
Para 2024, hasta noviembre, la organización Causa en Común reportó al menos 200 asesinatos de menores documentados en medios periodísticos. Por otro lado, el SESNSP indica que de enero a abril de 2024, se registraron 328 asesinatos de menores (incluyendo homicidios dolosos y feminicidios). Si extrapolamos esta tendencia, considerando que los datos anuales suelen superar las estimaciones parciales, el total para 2024 podría acercarse a los 900-1,000 asesinatos, aunque esto es una proyección aproximada dado que los datos oficiales completos aún no están disponibles.
Sumando los 12,368 menores asesinados de 2019 a 2023, con una estimación conservadora de 900-1,000 para 2024, el total aproximado de menores de edad asesinados en México desde 2019 hasta finales de 2024. estaría entre 13,268 y 13,368. Sin embargo, esta cifra podría ser mayor una vez que se publiquen las estadísticas oficiales completas de 2024.
Según la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), al concluir el sexenio de Peña Nieto, se proyectaba que 15,000 niños y adolescentes habrían sido asesinados. Esto equivale a un promedio de 2,500 por año o cerca de 7 diarios, reflejando un aumento respecto a Calderón. En otras palabras, el sexenio de López Obrador no mostró una mejoría al reducir los homicidas entre menores de edad.
Por otro lado, con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, las personas entre 18 a 30 años de edad, que fueron capturadas por el delito de homicidio podrían llegar a los 12,000 en los seis años anteriores. Ni las personas asesinadas ni las personas que cometen homicidios entre los jóvenes de México hay una reducción significativa después de la existencia de los programas sociales.
De lado de los menores que participan dentro de las filas del crimen organizado, los datos tampoco son muy halagadores. No existe una cifra oficial exacta y consolidada sobre cuántos menores de edad participaron con el crimen organizado en México entre 2018 y 2024, ya que el gobierno no lleva un registro específico de esta naturaleza, y el fenómeno suele ser subreportado debido a su carácter clandestino. Sin embargo, varias organizaciones civiles y estudios han ofrecido estimaciones basadas en datos indirectos, testimonios y análisis de casos específicos.
Un reporte destacado de la organización Reinserta, publicado en 2021, estima que aproximadamente 30,000 menores de edad estaban involucrados con el crimen organizado en México en ese momento, desempeñando roles como vigilantes (“halcones”), mensajeros, sicarios o en actividades como tráfico de drogas y extorsión.
Por otro lado, la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) y el Observatorio Nacional Ciudadano han señalado que, según proyecciones con datos de 2023, hasta 133,000 menores por entidad federativa podrían estar en riesgo de ser reclutados, lo que sugiere una vulnerabilidad masiva, aunque no todos necesariamente participan activamente. A nivel nacional, esto podría implicar cientos de miles en riesgo acumulado, pero no hay una confirmación directa de participación.
En términos de detenciones, los reportes a 2024 indican que 2,424 menores de edad fueron detenidos entre 2018 y octubre de 2024, por portación de armas de fuego, lo que podría vincularse a actividades del crimen organizado, aunque no todos los casos necesariamente confirman participación directa. Para una estimación más cercana al periodo 2018-2024, podríamos inferir un rango acumulado de 30,000 a 50,000 menores involucrados activamente, considerando el crecimiento de la violencia y la fragmentación de grupos criminales en este tiempo, pero esto sigue siendo especulativo sin datos oficiales completos. Organizaciones como REDIM y Reinserta coinciden en que el número real podría ser mucho mayor debido a la opacidad del fenómeno.
En resumen y después de esta marea de cifras, podemos decir que los jóvenes no han sido arrebatados de las garras del crimen. Los programas sociales no evitaron que la juventud dejara de considerar al crimen organizado como una alternativa de vida. Hay que atender las causas, pero repartir dinero no es una forma de hacerlo.
¿O usted que opina, amable lector? ¿Seguimos atendiendo las causas con el reparto de dinero?