El próximo miércoles 2 de abril es una fecha muy importante para México y la economía mundial. Ese día, el gobierno de Donald Trump anunciará su política arancelaria global. La Casa Blanca dará a conocer las tarifas que fijará para las importaciones procedentes de México, Canadá, China, la Unión Europea, Japón, Corea del Sur y todas las naciones con las que sostiene relaciones de intercambio comercial. El principio rector de la política estadounidense se sustentará en los llamados aranceles recíprocos, esto es, Estados Unidos aplicará a las importaciones de un país “X”, un arancel o cobro idéntico que al que reciben las exportaciones de bienes y servicios norteamericanos en esa nación “X”.
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Desde que asumió el poder por segunda ocasión, el pasado 20 de enero, Trump ha anunciado en dos momentos la aplicación de aranceles del 25% a las importaciones de México y Canadá, sus socios comerciales del T-MEC. En las dos ocasiones suspendió su aplicación, prolongando la incertidumbre. La presidenta Claudia Sheinbaum ha privilegiado una política de diálogo y negociación con Washington; ha mantenido una actitud prudente para evitar la confrontación y salvar estas medidas proteccionistas. Con 10 mil elementos militares, el gobierno mexicano ha sellado prácticamente nuestra frontera y el flujo de migración ilegal hacia el vecino del norte. A la vez y sin decirlo, se ha cancelado la política de abrazos y no balazos del sexenio anterior, para ahora trabajar con una política de seguridad más efectiva que ha mejorado significativamente; avanzando con la cantidad de delincuentes detenidos, el decomiso de drogas y la destrucción de laboratorios clandestinos. Las propias autoridades fronterizas de Estados Unidos han informado que ya fluye e ingresa una menor cantidad de fentanilo.
Con estos antecedentes, la presidenta CSP ha señalado que espera que este próximo 2 de abril, México salga bien librado con las decisiones y anuncios que informe el presidente de Estados Unidos. Su argumento es plenamente válido y lógico. En el marco del tratado de libre comercio, México aplica un arancel de 0% a las importaciones estadounidenses y lo mismo sucede del otro lado, donde las exportaciones mexicanas siempre han estado libres de aranceles. Esa es la apuesta desde Palacio Nacional.
Esperemos que anuncio se realiza, el cual será muy importante. Sin embargo, ya se advierten daños con esta prolongada etapa de incertidumbre; la afectación de largos meses desde que Trump fue primero candidato, después presidente electo y ahora en funciones. La inversión y el consumo en México han perdido dinamismo; el cuarto trimestre del 2024 el PIB registró una caída. La semana pasada, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dio a conocer un detallado estudio donde proyecta que nuestro país será el más afectado a nivel internacional, si prosperan estas lesivas medidas proteccionistas. Se pronostica que el 2025 y 2026 podrían ser años de recesión o crecimiento cero para la economía mexicana. Esperemos que pasa, que resuelve la Casa Blanca. La incertidumbre nos está costando cada vez más. Lo cierto es que el presidente Trump sigue imponiendo los términos de nuestra agenda nacional.
