Roma. Tras el fallecimiento del papa Francisco a los 88 años de edad este lunes, el Vaticano activó el protocolo tradicional que marca el inicio del periodo conocido como sede vacante. Como parte de este procedimiento, fueron selladas sus residencias oficiales con el objetivo de preservar sus pertenencias y documentos personales.
El acto solemne se llevó a cabo en dos ubicaciones: el apartamento papal del Palacio Apostólico, espacio que el pontífice nunca utilizó desde su elección en 2013, y su residencia habitual en la Casa Santa Marta. Las puertas fueron cerradas con una cinta roja, y lacradas con un sello del mismo color, en presencia de altas autoridades vaticanas.
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Esto sucede luego que el Vaticano confirmó que el pontífice argentino falleció a causa de un ictus cerebral, seguido de un coma y un fallo cardiocirculatorio irreversible. Su cuerpo fue colocado en un féretro en la capilla de la Casa Santa Marta, donde será velado de forma privada antes de su traslado a la basílica de San Pedro.
Además del sellado de sus residencias, se procederá a inutilizar el Anillo del Pescador y los sellos oficiales del pontífice, a fin de impedir su uso indebido durante el periodo de transición.
Francisco, primer Papa latinoamericano y figura clave en la reforma del Vaticano, dispuso en vida su deseo de ser sepultado en una tumba sencilla dentro de la basílica de Santa María la Mayor, marcando así el cierre de un pontificado caracterizado por la austeridad y cercanía con los fieles.