Estados Unidos.- Un niño de tan solo ocho años de edad se ha convertido todo un ejemplo de supervivencia, pues luego de perderse mientras acampaba con su familia, logró subsistir durante dos días alimentándose nada más que de la nieve que encontraba a su paso, soportando todo tipo de dificultad hasta el momento de su rescate.
Se trata de Nante Niemi, un pequeño originario de Michigan, quien el pasado sábado fue a acampar con su abuelo y tres tíos al Parque Estatal de Porcupine Mountais Wilderness. Sin embargo, alrededor del mediodía mientras ayudaba a recolectar leña, el menor terminó por extraviarse, ya que él mismo narra:
Mi tío me dijo que volviera al campamento. Y yo no pude decirle: ‘No sé todo el camino de vuelta al campamento’, porque él ya había dado la vuelta y se había marchado. Intentaba ir en diagonal hacia la parte de donde veníamos, y acabé junto a un río. Ni siquiera estaba cerca de la parte por donde subimos al principio.
Te puede interesar: Joven se arranca los ojos bajo los efectos de las drogas; quería “salvar a la humanidad”
El pequeño se dio cuenta de que estaba perdido, pero poco podía hacer para encontrar el camino correcto. Los familiares también se enteraron de la situación al llegar al campamento y no localizar a Nante, por lo que convocaron ayuda para su búsqueda.
El teniente de la Policía Estatal de Michigan, Jason Wickstrom, comentó que unas 300 personas se sumaron a la búsqueda, pero aun así no fue nada fácil, ya que es un terreno muy accidentado y montañoso. Además de que, en esta época del año, con el deshielo y la lluvia, había mucha agua estancada y los ríos estaban muy crecidos.
Sigue más noticias como esta en nuestra sección Internacional
Pero el niño de ocho años no pudo ser más que valiente, pues relató para el diario ABC News cual fue su método de subsistencia, señalando que se enfocó en pensar cosas positivas para no caer en pánico:
Recé para que me encontraran y no quedarme aquí el resto de mi vida (…) Cuando empecé a sentir hambre sólo comí nieve, porque suelo hacerlo en invierno.
Nante Niemi dormía bajo las ramas, siempre alerta ante cualquier peligro. Hasta que el segundo día finalmente pudo ser rescatado. Agregó sobre el emocionante momento:
Oí a gente gritando mi nombre. Y vi una cosa verde colgando. Luego vi a alguien. Corrí directamente hacia ellos.