Israel.- A más de una semana de haber estallado la guerra entre el grupo islamista Hamás e Israel, este último ha decidido oponerse a la posibilidad de una tregua que permita la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, donde un millón de palestinos se mantienen hacinados en el sur del enclave y sin acceso a ningún tipo de suministro básico.
Antony Blinken, jefe de la diplomacia estadounidense, ha regresado este lunes a Israel después de visitar varios países de la región, advirtiendo que “los civiles no deberían sufrir las atrocidades”, ni en Palestina ni en Israel, ya que la mayoría de las víctimas han sido precisamente personas ajenas a la guerra.
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Ante la insistencia de la comunidad internacional, el ejército israelí ha reaccionado y ha dejado en claro que “se abstendrá” de atacar los corredores de evacuación que conectan el norte con el sur del territorio, sin embargo, desmintió los informes que daban cuenta de una posible tregua. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, expresó:
No hay un alto el fuego ni entrada de ayuda humanitaria en Gaza
Frente a los ataques aéreos y tras los llamamientos del ejército a evacuar el norte de la Franja de Gaza, más de un millón de personas han sido desplazadas en una semana en este pequeño territorio de 362 km2, donde viven hacinados 2.4 millones de palestinos.
La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) ha expresado que en Gaza, sitiada desde el 9 de octubre por Israel, se está produciendo una “catástrofe humanitaria sin precedentes”, ya que miles de personas han estado huyendo con pocas pertenencias y se han una escases provocada de suministros básicos.
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Philippe Lazzarini, director de la UNRWA, precisó:
Ni una gota de agua, ni un grano de trigo, ni un litro de combustible han podido entrar en Gaza en los últimos ocho días.
Mientras tanto, la coordinadora humanitaria de la ONU para los Territorios Palestinos, Lynn Hastings, ha lamentado que Israel “asocie la ayuda humanitaria en Gaza a la liberación de los rehenes”.