Israel. El Ejército israelí llevó a cabo una operación militar en la zona de Masyaf, al oeste de Siria, desmantelando una instalación subterránea destinada a la producción de cohetes de largo alcance y misiles guiados de precisión. Según informes, esta base había sido financiada por Irán y representaba una amenaza significativa en la región.
Más de 100 soldados de la Unidad Shaldag participaron en la misión, que fue meticulosamente planificada con meses de antelación. Utilizando helicópteros para llegar al sitio, lograron destruir el complejo sin sufrir bajas. El portavoz internacional del Ejército israelí, Nadav Shoshani, confirmó que todos los soldados regresaron sanos y salvos a territorio israelí.
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El primer ministro Benjamín Netanyahu elogió la operación, calificándola como una de las acciones más importantes para contrarrestar los esfuerzos de Irán por armar a grupos hostiles en la región.
“Fue una misión valiente y exitosa que fortalece nuestra seguridad frente al eje iraní”, afirmó en un mensaje oficial.
El complejo destruido estaba equipado con líneas avanzadas de ensamblaje diseñadas para fabricar misiles guiados de alta precisión y cohetes de largo alcance. Según las autoridades israelíes, estas armas habrían sido destinadas a Hezbolá y otros grupos respaldados por Irán, incrementando su capacidad operativa contra Israel.