Roma. A pesar de continuar convaleciente, el Papa Francisco acudió este Jueves Santo a la cárcel de Regina Coeli en Roma, donde celebró un encuentro con 70 reclusos, retomando así una de sus tradiciones más significativas desde el inicio de su pontificado, compartir esta fecha con personas privadas de la libertad.
La visita no fue anunciada previamente por la Santa Sede, ya que dependía del estado de salud del pontífice, quien fue dado de alta el pasado 23 de marzo tras permanecer 38 días hospitalizado por una neumonía bilateral. Francisco, de 88 años, fue recibido por la directora del penal y miembros del personal penitenciario.
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Aunque no participó en la Misa Crismal de esta mañana en la basílica de San Pedro, sí mantuvo este gesto simbólico que conmemora la Última Cena de Jesús. Desde 2013, ha visitado diversas cárceles, centros de refugiados o albergues cada Jueves Santo, salvo en los años de la pandemia.
Regina Coeli no es un lugar nuevo para el papa, quien ya la había visitado en 2018. A lo largo de los años, ha priorizado la cercanía con los más vulnerables, incluyendo visitas a reclusos jóvenes, mujeres presas y personas refugiadas.
Debido a su estado de salud, Francisco no presidirá todas las ceremonias de la Semana Santa. El cardenal Baldassare Reina encabezará el Vía Crucis de este Viernes Santo, aunque las meditaciones han sido escritas personalmente por el papa.