Roma. En su autobiografía Esperanza, el Papa Francisco comparte una reflexión profunda sobre su vida, sus “pecados” y los momentos clave de su infancia y papado. A los 88 años, el líder de la Iglesia Católica se muestra sincero al confesar que se considera “un pecador” y rememora episodios de su niñez en un barrio multicultural de Buenos Aires, así como de su familia inmigrante, como el viaje de sus abuelos italianos a Argentina en 1929.
El libro aborda temas fundamentales de su pontificado, como la paz, la acogida de migrantes y la protección del medio ambiente. También relata su decisión de vivir sin televisión, tomada tras un incidente que lo ofendió profundamente en 1990. Lamenta no poder disfrutar de cosas sencillas, como salir a comer una pizza o caminar por la calle, algo que su posición le ha restringido.
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Uno de los momentos más significativos del libro es cuando recuerda su elección como Papa en 2013, un hecho que nunca imaginó transformaría su vida de tal manera. En ese contexto, menciona una curiosa imagen publicada en los periódicos: un hombre sin hogar con un cartel que decía “Papa Francisco I”, que simboliza lo inesperado de su papado.
El Papa también reflexiona sobre las dificultades que enfrentó al intentar reformar la burocracia vaticana y las tensiones dentro de la Iglesia, subrayando que estos desafíos son parte de su misión para lograr un cambio real.
Esperanza ofrece una mirada personal y sincera, donde los recuerdos, los arrepentimientos y las luchas del Papa Francisco se entrelazan con su visión de un mundo más justo y fraterno.
